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Personas con Resilencia Superior

La resiliencia psicológica no se tiene, es algo que se desarrolla y se aprende a mantener.

Las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.

Este tipo de personas saben gestionar las tensiones de manera más eficaz y se recuperan más rápidamente de los retos y las crisis que puedan surgir. Pero, ¿qué hacen estas personas emocionalmente fuertes para manejar el estrés? La respuesta es lo que se conoce como resiliencia emocional.

Las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades para enfrentarse a los retos de la vida.

Qué tienen en común las personas entrenadas en resiliencia?

1. Practican el mindfulness o conciencia plena

Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria, tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora. El pasado forma parte del ayer y no es una fuente de culpabilidad, mientras que el futuro no les aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones. Son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho.

2. Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones

El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos, saben usarla a su favor. Estas personas conocen sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. Pueden trazarse metas más objetivas que no solo tienen en cuenta sus necesidades y sueños, sino también los recursos de los que disponen para conseguirlas.

3. Ven la vida con objetividad, pero de manera optimista

Es importante ser realistas y conocer las capacidades y limitaciones de cada uno, pero también ver las dificultades como una ocasión para ser mejor.

4. Practican deporte y/o algún tipo de meditación

El deporte ayuda a relajarse y a ganar autoconfianza, es una rutina muy sólida para el día a día o, dicho de otra manera, pequeñas metas cotidianas. La meditación por su parte, facilita la aparición de pensamientos positivos y la reducción del estrés.

5. Usan el humor para empoderarse

Son capaces de recuperarse emocionalmente e incluso de reírse de las dificultades de la vida. Esto puede ser una gran ventaja, ya que cambia su perspectiva, pasando de verlo como una amenaza a un desafío. Esto altera la forma en que el cuerpo reacciona al estrés. Hacer bromas sobre algo relacionado con los problemas personales es perfectamente saludable!

6. Se rodean de personas con actitud positiva

Las personas que practican la resiliencia saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.

7. No intentan controlar las situaciones, sino sus emociones

Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las manos, nos sentimos culpables e inseguros. Sin embargo, las personas con capacidad de resiliencia saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control. Se centran en cambiar sus emociones, cuando no pueden cambiar la realidad.

8. ¡ No dejan de buscar metas !

Aceptar situaciones que en un principio parecen malas, como una ruptura o el brote de una enfermedad, no significa que a partir de ese momento todos los aspectos de la vida de esa persona giren en torno a ese contexto percibido como negativo. Las personas resilientes en vez de estar todo el día pensando en las cosas malas que les ocurren, se centran en los objetivos a desarrollar.

9. Son tenaces en sus propósitos

El hecho de que sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, las distingue su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia está en que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella. Estas personas tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que se proponen.

10. Asumen las dificultades como una capacidad para aprender

Implica ver más allá del momento difícil y tomar la oportunidad de generar un cambio para crecer.

¡Tú puedes ser uno ¡Vamos!