Energía y Salud
Debido a las tecnologías nuevas (computadora, teléfono móvil, Internet, coches, aviones…) se hace más en menos tiempo, pero hay más exigencias, obligaciones y preocupaciones.
Gastamos mucha más energía que hace 20 o 30 años. Lógicamente debemos reponer la energía gastada para no sufrir problemas de salud.
La energía vital la obtenemos por medio de los alimentos. Y como ahora gastamos más energía que hace años, también necesitamos alimentos, de mayor aportación energética. Cuando la energía está en “rojo”, es decir en reserva, el cuerpo para poder seguir funcionando no tiene otra opción que sacar lo que necesita del propio cuerpo (los huesos, la piel, los músculos, la sangre, etc.) se auto consume. Una vez que ha empezado este proceso, el organismo se debilita, empeora el aspecto, aparecen ojeras, la piel palidece, etc.
Nuestro cuerpo siempre intenta recuperar la fuerza aprovechando la energía y las sustancias contenidas en los alimentos. Hasta que no recibe lo que necesita, sigue pidiendo comida. Para las personas que no se alimentan adecuadamente, comer mucho es la única manera de calmar la ansiedad.
El cuerpo en desequilibrio se manifiesta a través de síntomas como: cansancio, nerviosismo, ansiedad, escalofríos, dolores, migrañas, jaquecas, cólicos, inflamación, fiebre, nausea, taquicardia, sofoco, dificultad de respirar, temblor de las manos, alergia, asma, etc, en resumen: debilidad general.
Cuando se llega a esta situación, la mayoría busca la solución en medicamentos que calman el dolor, la ansiedad, desinflaman, tranquilizan, pero van debilitando al riñón y en consecuencia se retiene líquidos, se hincha, engorda, aumenta la intoxicación, el dolor es más agudo. Será necesario el apoyo de una alimentación que aporte energía vital y refuerce los órganos.
Y también recuperar un ritmo de vida (no solo rutinas) que equilibren el sueño y descanso, con la actividad y la vigilia. Un ritmo de vida que contemple espacios de silencio y meditación con ejercicio y alimentación. Si deseamos recuperar energía y tener un ánimo relajado y motivado, necesitamos una “conexión” con aspectos de nuestra vida que usualmente no tenemos en cuenta.
Equilibrio que significa que entre las diversas actividades no se gaste demasiado en un aspecto y falte poner esfuerzo en otro, por ejemplo trabajar de más dejando poco tiempo para la familia; o demasiado tiempo en la televisión y muy poco tiempo para la lectura o el deporte; ya que un estilo de vida desequilibrado o con falta de armonía necesariamente conlleva un desorden de la vida misma que a la larga o a la corta traerá consecuencias graves a la salud y a la calidad de la vida.
Fuente: https://www.milenio.com/opinion/luis-rey-delgado-garcia/para-reflexionar/energia-y-salud