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¿ Cómo identificas si tu hambre es física o emocional ?

La mayoría de las veces las situaciones que nos rodean o algunas emociones desatan un deseo por comer cuando no tenemos hambre física. Para reconocer la diferencia entre hambre física o emocional, debemos aprender a poner atención a los pensamientos, emociones y señales del cuerpo.

En general comemos por aburrimiento, tristeza, felicidad, estrés, hábito o por presión. Hay muchas formas de manejar los sentimientos, pero sin involucrar la comida.

Si tienes la necesidad de comer, pregúntate primero: ¿Tengo realmente hambre física? ¿Qué es lo que realmente necesito en este momento? Si te haces estos cuestionamientos podrías descubrir que probablemente no necesitas comida.

Identifica el hambre física

La forma de comenzar a identificar el hambre física es dándote cuenta si:

  • Tu energía se está agotando y tu estómago comienza a gruñir.
  • Han pasado 3 o 4 horas desde tu última comida.
  • Los alimentos saludables se te antojan demasiado.

Identifica el hambre emocional

Comemos para evitar la tristeza, quitarnos el estrés o para tranquilizarnos. No es positivo tener el impulso de comer cuando no tienes hambre, pero la razón por la cual deseas comer es lo que debes analizar. Cómo podrías identificar el hambre emocional:

– Si sientes tristeza, ansiedad e inseguridad

En vez de comer, prueba algo que te levante el ánimo. Llama a tus mejores amigos para hablar, reír y pasar un buen rato.

Dar una caminata enérgica o saltar la cuerda puede incrementar la producción de endorfinas. Encuentra formas de relajarte sanamente y descansa lo más que puedas.

– Si sientes enojo o frustración

Primeramente tiene que resolverse la discusión que te provocó ese enojo o frustración, y hasta no solucionarlo, comer puede ser una salida para vencer esas emociones difíciles.

Saca tus sentimientos, escríbelo en un diario o platícaselo a un buen amigo. Después tómate el tiempo para darte un baño caliente o distráete con un buen libro o película.

– Si sientes aburrimiento

Pasar tiempo frente a la televisión o a la computadora sin ningún propósito, en algún momento le dará a tu mente la orden de comer algo.

Si dispones de tiempo suficiente durante tu día y no quieres que te atrape el aburrimiento, intenta realizar otras actividades que no involucren comida como tocar algún instrumento musical, hacer jardinería, pintura, manualidades, juegos o rompecabezas, hacer una lista de lugares que te gustaría visitar o de libros que quisieras leer.

– Si sientes estrés

Las situaciones laborales en su mayoría nos conducen a un estado de estrés, pero también pueden ser otros factores y todo ello detona una ansiedad por comer lo primero que veas para tener energía o algo que calme tus nervios.

En este caso date unos minutos para tomar una pausa, hacer una caminata rápida que aclare tu cabeza y con respiraciones lentas y profundas empieza a generar energía tranquilizante y verás que no será necesario involucrar la comida.

Obsérvate

Mientras aprendes a interpretar las señales de hambre corporal, empezarás también a identificar qué emociones te llevan directo al refrigerador y a saber cómo combatirlas cuando las sientas.