Xiaomi Redmi Note 10 Pro, análisis: un gustazo de experiencia multimedia por menos de 300 euros
Tras conocer su (de momento) primer buque insignia, el Xiaomi Mi 11, la marca ha pasado a su gama más competitiva en relación calidad precio, con el permiso de POCO. Los Redmi Note suelen ser objeto de atención por esto de manera tradicional y en el análisis del Xiaomi Redmi Note 10 Pro vemos la que es su máxima apuesta este año hasta la fecha.
El pasado año vimos hasta cuatro Redmi Note 9, siendo el Xiaomi Redmi Note 9 Pro el que más ofrecía a nivel de algunos aspectos. El Note 10 Pro es su sucesor y en gran parte un mellizo muy parecido, habiendo centrado las principales actualizaciones en el diseño y las cámaras. Veamos qué tal es en el día a día.
Ficha técnica del Xiaomi Redmi Note 10 Pro
Xiaomi Redmi Note 10 Pro |
|
---|---|
Pantalla |
6,67” 120 Hz |
Procesador |
Qualcomm Snapdragon 732G |
RAM |
6/8 GB RAM LPDDR4X |
Almacenamiento |
64/128 GB UFS 2.2 |
Cámaras traseras |
108 MP f/1.9 |
Cámara frontal |
16 MP f/2.45 |
Batería |
5.020 mAh + 33W |
Sistema operativo |
Android 11 + MIUI 12 |
Conectividad |
WiFi, NFC, Bluetooth |
Dimensiones y peso |
164 x 76,5 x 8,1 mm x 193 g |
Otros |
IP53, lector de huella lateral, estéreo |
Precio |
Desde 279 euros |
Diseño: a la rica mecedora
La lotería del diseño de los módulos de cámara en Xiaomi es un bombo lleno de bolas que gira y gira sin parar. Parafraseando a Forest Gump podríamos decir que la vida, como el diseño del módulo de cámaras de Xiaomi, es una caja de bombones en la que nunca sabes qué te va a tocar.
Aquí vemos genes, algunos, de los Xiaomi Mi 10T, mucho más que del Xiaomi Redmi Note 9T. Aunque al que realmente nos recuerda esta joroba es a la del Vivo X51 5G, con eso de los dobles niveles y los distintos contornos para cada elemento.
Son cuatro cámaras traseras (que luego describiremos) que se reparten en un sub-módulo superior, con mucho más protagonismo para la principal y su sensor de 108 megapíxeles, el cual con el que es el primer desnivel con respecto a la trasera crea una protuberancia que pide a gritos funda, más que por la protección por el extremo balanceo que experimentaremos si lo usamos apoyado en una superficie. Estas cámaras encajan en una trasera con acabado en brillo y un muy discreto degradado que no resbala, aunque es un imán para las huellas dactilares.
Esta superficie favorece el buen agarre, al no deslizarse y al estar muy bien integrada en el marco de metal, también en brillo y cortando en los lados superior e inferior (de nuevo, como en los Mi 10T y el Vivo). Buenas noticias son que la trasera se curva pero no la pantalla, siendo un móvil cómodo de sostener y de usar.
No es un móvil grueso, sobre todo teniendo en cuenta que tiene una batería de tamaño considerable. De la selección que presentamos a continuación no gana en volumen o peso, siendo algo más compacto que el Redmi Note 9T teniendo la pantalla ligeramente más grande, aunque es un móvil más bien grande y largo (20:9).
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Xiaomi Redmi Note 10 Pro | 164 | 75,6 | 8,1 | 193 | 6,67 | 5.020 | 125,46 | 101,62 |
Xiaomi Redmi Note 9T | 161,2 | 77,3 | 9,1 | 199 | 6,53 | 5.000 | 124,61 | 113,39 |
Vivo X51 5G | 158,46 | 72,8 | 8,04 | 181,5 | 6,65 | 4.315 | 115,43 | 92,81 |
OnePlus 8T | 160,7 | 74,1 | 8,4 | 188 | 6,55 | 4.500 | 119,08 | 100,03 |
Samsung Galaxy S21 | 151,7 | 71,2 | 7,9 | 169 | 6,2 | 4.000 | 109,01 | 85,32 |
LG Velvet | 167,08 | 74 | 7,85 | 180 | 6,8 | 4.300 | 123,58 | 97,0103 |
Motorola Edge | 161,4 | 71,1 | 9,29 | 188 | 6,7 | 4.500 | 114,75 | 106,60 |
Huawei P40 Pro | 158,2 | 72,6 | 8,95 | 209 | 6,58 | 4.200 | 114,85 | 102,79 |
Considerando que actualmente no es complicado encontrarnos con un móvil que pasa de los 200 gramos, los 193 del Redmi 10 Pro son, quizás, un dato positivo si huimos de estos smartphones más pesados. Más allá de comparaciones numéricas, el Redmi Note 10 Pro no cansa ni resulta pesado tras usarlo todo el día.
Decíamos que la pantalla no dibuja curvaturas a los lados y lo que tampoco dibuja es notch, algo que ya no solemos ver, heredando así el agujero en pantalla en la parte izquierda que vimos en el Redmi Note 9T pero en el centro, en esta ocasión. El auricular emerge de manera muy discreta entre el borde de metal y la pantalla, estando uno de los altavoces en el borde superior y el otro en el inferior, colocado a un lado del USB tipo C en el borde inferior.
Hablando de audio y de diseño, anticipamos que habemus conector de 3,5 milímetros, aunque en la parte de arriba. Y pese a ser un panel AMOLED, el lector de huellas está en un lateral.
En general nos parece un móvil muy bien construido, que en el caso del tono gris oscuro llega a ser elegante y discreto. Los materiales parecen de calidad y lo único que quizás sea una pega a la larga (aunque lo llevemos con funda) es que los escalones de los módulos pueda quedar más fácilmente polvo y micropartículas.
Pantalla: uno de los mejores puntos del Redmi Note 10 Pro
La interacción con el Redmi Note 10 Pro sucede gracias a una pantalla AMOLED de 6,67 pulgadas con resolución 2.400 x 1.080 píxeles y una densidad de píxeles de 394 píxeles por pulgada. El ratio de contraste es de 4.500.000:1, el brillo máximo pico de 1.200 nits y la tasa de refresco máxima de 120 hercios, siendo 240 Hz la táctil.
Tratándose de un móvil de gama media, sobre el papel son especificaciones que nos esperaríamos de un móvil así, más bien ambicioso dentro de esta demarcación. El FullHD+ ha demostrado ser una resolución más que suficiente para dar una buena experiencia de visualización, y aunque la densidad no destaca, en cuanto a definición es un panel más que correcto.
Viene algo saturada de fábrica, y aquí nos acordamos de golpe que MIUI es una capa con distintos niveles de ajustes según de qué móvil (o rango) se trate. Vemos algunas opciones para configurar la pantalla, pero no tan a la carta como en el Xiaomi Mi 11. Aún así, cambiando al esquema de colores estándar (y variando un poco el tono) queda algo más natural y agradable.
En este menú de ajustes vemos también el de la tasa de refresco, que podemos dejar en los 60 hercios estándar o bien optar por el máximo de 120 Hz. Posteriormente hablaremos de si vemos que afecta o no a la autonomía, pero en general se agradece la fluidez extra de los 120 Hz y es un añadido que aconsejamos tener activado, dado que a 60 Hz incluso el scroll y el salto de una app a otra se ralentiza (casi se nota más en esto que en juegos).
En cuanto al resto de ajustes de pantalla, pese a ser la versión ligeramente recortada de MIUI se mantienen la mayoría de opciones que al final condicionan nuestra interacción y experiencia, como configurar la pantalla completa por app, el modo oscuro o activar el modo de lectura. Para configurar la pantalla siempre activa (pantalla ambiente) y las posibilidades de la pantalla de bloqueo tendremos que ir a la sección correspondiente en ajustes, donde también podemos activar las opciones de despertar pantalla al levantar o al dar dos toques.
La navegación ya tiene su sección dentro del apartado de pantalla de inicio, donde podremos además cambiar la configuración de las apps (que desde el preload ya podemos elegir entre cajón o escritorio). Si seleccionamos los gestos de navegación aprovecharemos un poco más la superficie disponible de pantalla.
Hablando de esto, como hemos comentado en diseño, la cámara asoma por un agujero en la pantalla, quedando al centro de la misma. Al ser de diámetro bastante reducido, permite que la barra de tareas quede en unos 5,6 milímetros, con lo cual está bastante ajustada al texto (sin llegar al récord de los 4,5 milímetros de Samsung) y favorece la visualización y el aprovechamiento de la pantalla por parte de la interfaz.
La pantalla en general da muy buena experiencia, tanto por la sensibilidad táctil como por la visualización. Lo único que quedaría sería atender al ajuste de brillo automático, que es algo lento en reaccionar y queda alto en situaciones de baja luz, pero en el resto de aspectos cumple.
Rendimiento: una actualización justa que resulta suficiente
Para el Xiaomi Redmi Note 10 Pro, tal y como vimos en el Xiaomi Redmi Note 9 Pro, la marca ha recurrido a uno de los procesadores de gama media de Qualcomm también del bando del 4G. Se trata del Snapdragon 732G, que en el dispositivo que hemos probado va acompañado de 6 GB de RAM y dispone de 128 GB de almacenamiento (aunque hay versiones con 8 GB ó 64 GB).
Es el mismo procesador que incluyó su primo mayor, el POCO X3 NFC, lo cual nos indica que no es nuevo, pero que puede ser suficiente. En este caso efectivamente también lo es, sin apreciar que al móvil le falten recursos de hardware para ejecutar bien las apps más exigentes.
Algo positivo es que apenas se calienta. Hemos estado jugando tandas de 20-30 minutos sin percibir un aumento de temperatura notable, por lo que el diseño y la construcción parecen favorecer la disipación del calor.
En cuanto a los benchmarks, sólo hemos podido realizar con éxito uno de los tests habituales. Los móviles de Xiaomi en ocasiones nos dan errores en algunos, como es este caso, así que estaremos pendientes en la medida de lo posible de actualizar los resultados si las apps funcionasen quizás tras alguna actualización del sistema. Y en todo caso, cabe esperar un resultado similar al POCO X3.
Xiaomi Redmi Note 10 Pro |
OnePlus Nord |
POCO X3 NFC |
Samsung Galaxy S20 |
LG Velvet |
Motorola Edge |
Huawei P40 Pro |
|
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PROCESADOR |
Snapdragon 732G |
Snapdragon 765G |
Snapdragon 732G |
Exynos 990 |
Snapdragon 765G |
Snapdragon 765G |
Kirin 990 |
RAM |
6 GB |
8 GB |
6 GB |
8 GB |
6 GB |
6 GB |
8 GB |
GEEKBENCH 5.0(single/multi) |
N. d. |
554 / 1.832 |
566 / 1.787 |
453 / 2.610 |
593 / 1.742 |
593 / 1.742 |
– |
3D MARK (Sling Shot) |
N. d. |
4.309 |
3.780 |
– |
4.308 |
4.308 |
4.074 |
PCMARK WORK |
8.520 |
9.194 |
8.299 |
– |
10.541 |
10.541 |
9.476 |
Software: los fantasmas de pasado con una MIUI también “del pasado”
Xiaomi presentó MIUI 12.5 y entre todos los móviles a los que llegará en el segundo trimestre de 2021 no estaba éste incluido (no “existía” oficialmente), pero viendo que están todos los Redmi Note 9 cabe pensar que más adelante también se incluya a éste quizás en el tercero. Así, por ahora lo que tenemos en el Redmi Note 10 Pro es MIUI 12.0.1 sobre Android 11.
En la precarga de MIUI vemos lo habitual en las capas de personalización, en este caso pudiendo ya personalizar algunos aspectos e iniciar sesión/crearnos cuenta Mi si nos interesa.Sigue sin haber preselección de instalación de apps como vemos en One UI, aunque en principio en MIUI 12.5 se incluirá la posibilidad de desinstalarlas.
Esto lo comentamos porque seguimos encontrando bastante bloatware, es decir, apps propias y de terceros que pueden no interesarnos, como “Servicios y comentarios” o el navegador Mi, y que no siempre se pueden desinstalar en el caso de las primeras. Las de terceros y las de Google las podemos desinstalar si no nos sirven.
Los ajustes generales se mantienen también respecto a lo previo en cuanto a secciones y aspecto, con ligeros cambios y adaptaciones, pero con apartados poco habituales como “Funciones especiales” o “Ajustes adicionales”. Es por eso que, como en cualquier otro móvil con MIUI, convenga explorar un poco las opciones. Ya hemos visto que en el caso de la pantalla hay bastantes opciones de personalización, por lo que esto nos sirve para aprovechar la dosis extra de personalización que proporciona la capa de Xiaomi.
Vemos de nuevo Game Turbo, una sección de opciones para juegos que podemos abrir a modo de cajón de los mismos. Hay algunas opciones activadas de manera automática, pero lo interesante es explorar las posibilidades para llegar, por ejemplo, a los ajustes táctiles por juego. No notaremos una diferencia exagerada, pero es un buen complemento para los más jugones.
Con ésta y el resto de opciones, MIUI sigue siendo una capa muy completa que normalmente da buena experiencia. Eso sí, a 60 Hz seguimos experimentando cierto lag que nos recuerda a los Redmi Note 9, pero viendo que los juegos van muy bien sigue pareciendo cosa de la optimización del software.
Además, siguen existiendo algunos ajustes que conviene hacer para evitar la publicidad. En nuestro caso no nos ha aparecido nada más allá de los ads en el escaneo de apps que viene activado por defecto, pero una vez desactivado esto (y la opción interna de personalizar anuncios) no nos ha vuelto a salir nada.
Biometría
Como hemos comentado antes, el lector de huellas se ubica en el lateral. La experiencia es prácticamente la misma que en otros Redmi o Xiaomi con este tipo de sensor, siendo un desbloqueo rápido y efectivo. De hecho, es tan sensible que si apoyamos sin querer el dedo se desbloqueará con apenas hacerlo, aunque con el dedo algo humedecido no funciona.
El reconocimiento facial trabaja muy bien con algo de iluminación, de hecho, llega a ser efectivo incluso sin tenerlo de frente estrictamente. Eso sí, en la oscuridad no funcionará aún con la luz que la pantalla encendida emite.
Cámaras: esperábamos más de un salto teóricamente cualitativo
Los 108 megapíxeles están de moda, y desde aquel Xiaomi Mi Note 10 que los estrenó vinieron para quedarse. Esta resolución, la más alta que hemos visto por ahora en dispositivos móviles, permite, sobre el papel, recortes más definidos y fotos de mayor detalle.
Más allá de esto, que representa el mayor salto con respecto al Redmi Note 9 Pro, el resto de la configuración es más bien conformista. Vemos cuatro cámaras traseras cuya descripción probablemente no nos sorprenda:
- Cámara principal: sensor de 108 megapíxeles (1/1,52 pulgadas, 2,1 μm por píxel) con lente de 6 elementos con apertura ƒ/1.9.
- Ultra gran angular: sensor de 8 megapíxeles con lente con campo de visión de 118 grados y apertura ƒ/2.2.
- “Telemacro” (macro para los amigos) con sensor de 5 megapíxeles y lente con apertura ƒ/2.4.
- Sensor de 2 megapíxeles para profundidad con lente con apertura ƒ/2.4.
- Cámara frontal con sensor de 16 megapíxeles y lente con apertura ƒ/2.45.
No dispone de estabilización óptica, aunque veremos que en vídeo se puede habilitar un modo de estabilización extra como solemos ver en los móviles de Xiaomi. En este caso, la resolución más alta para el vídeo con las cámaras traseras es 4K y 1080p para la frontal.
App de cámara
Es útil recordar cómo es la app de cámara de Xiaomi para ir advirtiendo las funciones y modos del Redmi Note 10 Pro. Se mantiene la interfaz que hemos visto hasta ahora, encontrando en este caso el modo macro y el de 108 megapíxeles además de los habituales, cada uno en un lugar.
El modo macro será la opción para usar esta cámara (tanto en fotografía como en vídeo), encontrándolo en el menú de hamburguesa que también incluye el temporizador, la cuadrícula y los ajustes entre otros elementos. El disparo a 108 megapíxeles lo encontraremos en la pestaña más o bien en el modo Pro, donde podremos además activar el disparo en RAW.
En la barra superior tenemos también los accesos directos de flash, HDR, “inteligencia artificial”, filtros y Google Lens. En la parte inferior las distintas pestañas y sobre ellas el cambio a gran angular y a los distintos zoom digitales.
Siendo éste un móvil de gama media, vemos recortes en algunas funciones como el vídeo o el modo Pro (no hay HDR en el vídeo ni peak focus en el modo Pro), pero aun así con las opciones que presenta y el hecho de poder editar los modos y parte de la interfaz hace que la app de Xiaomi nos parezca bastante completa y versátil.
Eso sí, se recupera el lag cuando se activan y desactivan las funciones de HDR y AI. Algo que en este caso puede repercutir más de lo esperado, dado que el resultado en baja luz (como a continuación veremos) se verá condicionado según cuál de estas opciones tengamos activadas (y según el momento).
Cámaras traseras
El procesado de Xiaomi no parece haber acompañado demasiado a este sensor de 108 megapíxeles lo bien que en principio debería, dado que en condiciones favorables nos parece que, aunque no queda mal, tiene bastante margen de mejora para que de buenas a primeras nos llamase la atención o considerásemos que éste podría ser un serio rival a batir en fotografía en la gama media de este año, especialmente sabiendo que Realme se trae el mismo sensor a su gama media.
Lo decimos porque vemos que la nitidez en los fondos es bastante baja, con contornos poco definidos y sobre todo por unos colores muy lavados. En general les falta algo de vida a las fotos en este sentido, si bien veremos que en el caso de las macro (con un entorno muy, muy favorable) esto logra mejorar.
No vemos una diferencia muy notable en este sentido con los 108 megapíxeles, aunque puede darse la situación en la que los contornos estén algo mejor resueltos en un primer plano o plano medio. Pero en general poca diferencia más allá del tamaño de la foto, de hecho al recorte es mejor el zoom 2x digital que el de la foto a 108 megapíxeles.
El HDR es bastante recomendable por la tarde, porque normalmente ayuda a definir fotos que nos saldrán apenas definidas fuera del área de enfoque. De día, en un espacio abierto y con luz abundante, podremos notar algo más de rango dinámico y cambios en la interpretación de sombras, pero normalmente el cambio es poco acusado.
Sobre todo lo notaremos de noche y atardeciendo/amaneciendo. De hecho, por la noche nos ayuda a sacar contornos donde podemos encontrar borrones, pero a cambio también tenemos una dosis de subexposición que no favorece.
A colación de esto, vemos que se echa en falta más estabilización de noche, especialmente si no se recurre al modo noche. Nos han salido muchas fotos movidas, ni siquiera tirando del HDR o los 108 megapíxeles que implican algo más de lentitud (y sin movernos demasiado pronto). Demasiadas veces para que sea accidental.
Con esto lo que nos parecería de mayor sentido sería no añadir más megapíxeles, o no necesariamente, y dedicar más recursos a una estabilización óptica que aportaría beneficios tanto a foto como a vídeo, y más allá de la fotografía nocturna. Si bien la estabilización óptica no es algo demasiado extendido en móviles de gama media, hay estabilizaciones híbridas o enteramente electrónicas que funcionan mejor en fotografía que en este caso.
Y hablando de esto tenemos cierta primicia: le hemos visto utilidad al botón AI, aunque junto a la caricia viene también el capón. El anochecer o los días muy nublados, con luz media-baja, se convierten en uno de los entornos más exigentes y en este caso el automático/HDR nos dan fotografías movidas.
Al aplicar el botón AI, aparece la estabilidad. Voilà, aunque tampoco en todos los casos, ojo. Probablemente se haya aplicado el modo noche (o su estabilización) automáticamente, pero nuestra pregunta es: ¿por qué no entrenar a los algoritmos para que hagan esto en el automático, viendo sobre todo que la estabilización es un problema?
En cuanto al modo noche, nos parece la opción más equilibrada de todas en cuanto a definición, además de que vemos que mejora la interpretación de sombras del HDR. Podemos percibir cierta subexposición en ocasiones, pero en todo caso mejora al automático (sea cual sea la resolución).
El gran angular ha sido la cámara más desequilibrada con respecto a la principal que hemos visto. Son lentes que en móviles suelen quedar por debajo en calidad que las del sensor principal, pero en este caso vemos un nivel mucho más inferior de lo que esperábamos en cuanto a nitidez: sólo de día, en exteriores y con buena luz el resultado es parcialmente aceptable.
Al modo retrato tenemos que seguir tomándolo de la mano para lograr el resultado que más se aproxima a lo que queremos. La interfaz sigue sin dejar claro cuándo se está aplicando o no, si bien suele hacerlo, aunque sobre todo algo a mejorar es que si exageramos la apertura simulada el desenfoque resulta muu plano. Pero si no abusamos y las condiciones no son complicadas (fondo muy poco contrastado, baja luz, etc.) el resultado es más que aceptable, incluso con plantas o el pelo.
El objetivo macro rinde bastante bien, en la línea de lo que llevamos viendo desde que esta moda se asentó (por lo que creemos que es un intento de tener una tercera/cuarta cámara económica). Nos sirve para minimizar la distancia de enfoque, más o menos a unos 2 centímetros, que es más del doble que la mínima con la cámara principal.
Cámara frontal
La cámara subjetiva en general da muy buen resultado. Sin que sea una pasada a nivel de definición, da fotos más que correctas sobre todo en exteriores y de día, realistas y con exposición, contraste y colorimetría aceptables.
Eso sí: mientras no estemos a contraluz. A la frontal del Redmi Note 9 10 Pro, como ocurre con la trasera, los contraluces no le sientan bien y en este caso no vemos neblina, sino una falta de compensación de la exposición (y, por tanto, una subexposición del primer plano).
Conviene activar el HDR porque nos salva un cielo que de otra forma se quemaría y no tiene efecto en la exposición o el contraste del primer plano. El modo retrato funciona bastante bien, sobre todo a nivel de recorte.
Lo que nos puede pasar es que el enfoque nos la juegue un poco, sobre todo en contraluces o interiores con baja luz. Aquí mejor tomarnos nuestros segundos para disparar la fotografía y no mover el móvil demasiado pronto.
Vídeo
En el vídeo vemos menos posibilidades que con respecto a móviles de mayor gama, como por ejemplo el no encontrar vídeo en el modo supermacro, pero teniendo hasta 4K como resolución máxima y otros modos, como el timelapse, etc., es suficiente para que no echemos en falta nada. Eso sí, la calidad depende mucho de la escena.
De día, con luz abundante, tenemos tomas muy buenas. Algo mejor en cuanto a detalle si tiramos de 4K, pero tanto en este caso como a 1080p vemos colores realistas, una ligera sobresaturación (que tampoco perjudica) y buen rango dinámico.
Como ocurría en fotografías, los contraluces pueden ser un bache. Pero en general de día no vemos aberraciones, temblores o signos de un vídeo pobre en calidad.
De noche la cosa cambia como de blanco a negro (teníamos que decirlo). La nitidez se esfuma incluso en 4K, con contornos que tienden a la acuarela y un color lavado independientemente de la resolución, aunque quizás lo más preocupante es la estabilización, muy ausente.
Pese a lo que comentamos en el vídeo, la exposición resulta acertada (en la pantalla se veía mucho más oscuro), incluso con el modo de estabilización activado. Pero en general vemos una bajada de calidad muy destacada con respecto a las tomas de día.
El Redmi Note 10 Pro ofrece un modo de estabilización que nos deja tomas a 1080p como máximo. No se nota demasiado de noche, donde el resultado es muy similar al vídeo sin la estabilización.
Con la frontal ocurre exactamente igual que con las traseras. Las tomas de día nos convencen mucho, tanto a nivel de colorimetría como de contraste, exposición y nitidez, pero de noche la calidad se compromete bastante, especialmente con baja luz.
Sonido: opciones para todos que cumplen mejor de lo esperado
Interesante el panorama del audio sobre el papel de este nuevo Redmi. Es un móvil de gama media que no deja de lado el estéreo ni el minijack de 3,5 milímetros, soportando además los códecs de audio aptX de Qualcomm.
La experiencia con los altavoces es buena, sin destacar especialmente pero dando una calidad media más que aceptable. El estéreo además es algo que ameniza un poco más los videojuegos, además de que una emisión no lineal en un dispositivo “pequeño” (en comparación a un altavoz grande) siempre es un aliciente con respecto al sonido en mono. Echamos en falta más rango dinámico; el sonido es algo plano, si bien nos parece que está a muy buen nivel siendo un móvil de gama media.
De potencia los altavoces van sobrados, registrando 110 decibelios en la inmediata salida del sonido a máximo volumen, lo cual queda en torno a los 80 decibelios ambientales. Este volumen no es agradable ni favorece la experiencia, dado que disminuye la calidad al saturarse y perder nitidez. Mucho mejor quedarse en el 70%, quedando en torno a los 60 decibelios, más que suficiente para ambientar una estancia.
Hablando de la experiencia con auriculares, el hecho de ser una audición directa y algo aislada siempre ayuda a mejorar, aunque colocar el minijack en la parte superior no nos parece tan conveniente como en la parte de abajo (aunque esto es algo más bien subjetivo). Si tenemos auriculares de Xiaomi podremos quizás beneficiarnos de las configuraciones aplicadas por modelo, pero si no son ésos exactamente normalmente penaliza la experiencia aunque elijamos el mismo tipo.
Hay que tener en cuenta que según conectemos unos auriculares inalámbricos o por cable, habrá o no unas opciones disponibles. Las que sí creemos que mejorar la calidad, que son las del audio HD y el perfil personalizado/por edad de sonido, sólo están activas en auriculares con cable.
Autonomía: un buen resultado independientemente de la configuración
El Xiaomi Redmi Note 10 Pro no es un móvil pequeño pero tampoco es grueso, y en su volumen total hay sitio para albergar una batería de 5.020 mAh. Para alimentarla soporta una carga rápida de hasta 33 vatios, entregándose el cargador de dicha potencia con el móvil.
Pasar de los 5.000 mAh da que pensar que la autonomía no será un problema, si bien las altas tasas de refresco y otras características más recientes pueden ser especialmente “glotonas” a nivel de consumo y siempre influye la optimización del software a nivel de segundos planos, así que no todo está en la capacidad de la pila. En este caso, hemos notado ligeras diferencias en el consumo según qué tasa de refresco teníamos configurada, pero condicionadas mucho al uso.
Alternando días a 60 y a 120 Hz, la autonomía media del Redmi Note 10 Pro es de aproximadamente un día, con unas 11 horas de pantalla. Según qué uso hagamos podremos prolongarla más o menos independientemente de la tasa de refresco, pudiendo llegar a las 34 horas a 120 Hz si no se destinan muchas horas a usos como el streaming, por lo que en general nos ha durado algo más de un día independientemente del refresco.
La carga completa, de 0 a 100% y con el móvil apagado, se produce en 1 hora y 20 minutos, obteniendo un 50% de la carga en 25 minutos. Son muy buenos tiempos teniendo en cuenta la autonomía media, por lo que en este apartado vemos al nuevo Redmi muy bien.
Xiaomi Redmi Note 10 Pro, la opinión de Xataka
La marca Redmi de Xiaomi suele englobar los móviles que, en esencia, nos acaban recordando más a aquella Xiaomi primigenia del “bueno, bonito, barato” que significó un buen golpe en la mesa para muchos fabricantes cuyos precios empezaban a crecer más. Hoy en día tienen mucha más competencia, incluso en casa con POCO, pero siguen siendo móviles con buena relación entre lo que ofrecen y lo que cuestan.
El Redmi Note 10 Pro nos ha recordado mucho al Redmi Note 9 Pro para bien y para no tan bien. Hay aspectos en los que queda estupendamente, como el audio, la autonomía y la pantalla. En esos tres puntos no se le puede pedir mucho más a un smartphone de este rango.
La construcción es muy buena y nos parece cómodo pese a ser grande y alargado, especialmente por no ser grueso y al no tener curvatura en la pantalla. Nos parece que MIUI sigue sin estar a la altura en cuanto a fluidez y optimización, pero es algo que quizás cambie con la llegada de la siguiente versión del sistema (que suponemos que también llegará a este móvil este año).
8.3
A favor
- Pese a no ser un teléfono pequeño, es cómodo y no cansa. Está bien construido y no resbala.
- Los 120 Hz se agradecen en el día a día, dan una fluidez que le sienta muy bien.
- El estéreo es un punto a favor y además el desempeño es correcto.
En contra
- Esperábamos más de la fotografía, especialmente del gran angular.
- MIUI presenta un “lag” que vimos en los Redmi Note 9 y no antes, aunque está por llegar una nueva versión.
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Xiaomi Redmi Note 10 Pro, análisis: un gustazo de experiencia multimedia por menos de 300 euros
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Anna Martí
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