Realme 7 Pro, análisis: esta experiencia y características por 300 euros lo ponen difícil a la competencia
El Realme 6 Pro nos pareció una interesante y competitiva opción de la marca para la gama media y esperábamos que hubiese renovación, pero no tan pronto. La nueva generación llega oficialmente a España y en el análisis del Realme 7 Pro hemos puesto a prueba al “hermano mayor” de la misma.
Hay algunos cambios en la hoja de especificaciones como veréis a continuación, aunque lo más llamativo es el rotundo adiós a las líneas de diseño que habíamos visto en sus predecesores. Renovado por dentro y por fuera, el Realme 7 Pro deja atrás aspectos como la tasa de refresco a 90 Hz o el teleobjetivo y se aumenta la batería disminuyendo el peso.
Ficha técnica del Realme 7 Pro
Realme 7 Pro |
|
---|---|
Pantalla |
6,4″ Super AMOLED |
Dimensiones y peso |
160,9 x 74,3 x 8,7 mm – 182 g (Mirror Silver/Mirror Blue) |
Procesador |
Snapdragon 720G |
GPU |
Adreno 618 |
RAM |
6/8 GB |
Almacenamiento |
128 GB UFS 2.1 (hasta 256 GB con microSD) |
Cámara frontal |
32 MP f/2.5 |
Cámara trasera |
64 MP f/1.8 |
Batería |
4.500 mAh |
Sistema operativo |
Android 10 + Realme UI |
Conectividad |
4G |
Otros |
Lector de huellas bajo la pantalla, dualSIM, jack 3,5 mm |
Precio |
299 euros |
Diseño: un acabado diferente que pone en jaque a las huellas dactilares
La tendencia está clara en móviles: pantalla protagonista, traseras con brillo y degradados y que el módulo para cámaras traseras campe a sus anchas. En Realme han sido causa o consecuencia de todo ello y el Realme 7 Pro acoge todo esto, aunque a su manera.
El módulo de cámaras tiene esa forma de ficha de dominó que empezó a ser habitual sobre todo desde el año pasado, aunque con unas esquinas muy redondeadas y suavizadas. Sobresale relativamente poco, aunque pese a ello hay cierto balanceo según lo usemos apoyado en una mesa.
Evita eso la funda que se incluye con el terminal, eso sí, la cual no afecta a la comodidad del agarre porque el Realme 7 Pro (a pelo) tampoco es demasiado grueso. Pero si eso no nos importa compensa no ponérsela: la trasera no sólo no resbala nada, sino que aguanta bastante bien a la suciedad y las huellas dactilares.
Esto es posible en parte gracias al acabado mate, el cual es distinto al que vimos en móviles como el Huawei P40 Pro y más cercano al del Xiaomi Mi 10 Pro. Tiene cierto juego con la luz que provoca algunos destellos, aunque al menos el tono añil que hemos probado nosotros es muy discreto y puede llegar a parecer un móvil negro.
El borde mantiene ese tono oscuro y hay algo se curvatura en la trasera a medida que los lados caen en dicho marco. Los botones físicos de volumen están al lado izquierdo, también muy discretos, y el de encendido/bloqueo campa a sus anchas al otro lado (plateado). El jack de 3,5 milímetros está en el borde inferior, junto con el altavoz y el USB tipo C.
En ese borde inferior están todos esos elementos alineados, dejando que la bandeja de la SIM quede sobre los botones de volumen. A destacar lo bien construido que está en general y la continuidad de todas las partes y elementos, con un auricular/altavoz también muy disimulado.
Lo que más llama la atención al sostenerlo es lo ligero que es. De hecho, no sólo es más compacto, sino también es más ligero que su predecesor y queda en 182 gramos, en un momento en el que llegar a los 200 gramos es casi lo más habitual.
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Realme 7 Pro | 160,8 | 74,3 | 8,7 | 182 | 6,4 | 4.200 | 119,55 | 104 |
Realme 6 Pro | 163,8 | 75,8 | 8,9 | 202 | 6,6 | 4.300 | 124,2 | 110,5 |
POCO X3 | 165,3 | 76,8 | 9,4 | 215 | 6,67 | 5.160 | 125,41 | 117,88 |
Xiaomi Redmi Note 9 Pro | 165,8 | 76,7 | 8,8 | 209 | 6,67 | 5.020 | 127,16 | 111,91 |
Sony Xperia 1 II | 165,1 | 71,1 | 7,6 | 181,4 | 6,5 | 4.000 | 117,39 | 89,21 |
Huawei P40 Pro+ | 158,2 | 72,6 | 9 | 226 | 6,58 | 4.200 | 114,85 | 103,37 |
Samsung Galaxy A71 | 163,6 | 76 | 7,7 | 179 | 6 | 4.500 | 124,34 | 95,74 |
LG Velvet 5G | 167,08 | 74 | 7,85 | 180 | 6,8 | 4.300 | 123,58 | 97,0103 |
Motorola Edge | 161,4 | 71,1 | 9,29 | 188 | 6,7 | 4.500 | 114,75 | 106,60 |
Nubia Red Magic 5G | 168,6 | 78 | 9,8 | 218 | 6,65 | 4.500 | 131,51 | 128,88 |
iPhone 11 Pro |
144 |
71,4 |
8,1 |
188 |
5,8 |
3.179 |
102,82 |
83,28 |
Así, vemos que ha habido una evolución en el acabado y el diseño, pero sobre todo a favor del usuario: el Realme 7 Pro es más cómodo que el Realme 6 Pro y más ligero que éste y otros de tamaño similar. Y todo eso sin que quede en una batería pequeña (son 4.500 mAh, que actualmente no es llamativo, pero sobre el papel no está nada mal) y sin renunciar al minijack de audio.
Con la eliminación de una de las cámaras frontales también logran que la pantalla aproveche más el frontal, optando igualmente por el agujero en pantalla para integrarla. Los marcos de la misma son bastante finos, salvando la habitual barbilla (más ancha que el resto).
Pantalla: de IPS a AMOLED y adiós a los 90 Hz
Mientras hemos visto que hay una mejora en la construcción y la apariencia, en pantalla los cambios quizás son algo más cuestionables. No hablamos de la tecnología de pantallas, que con sus más y sus menos es al final cuestión de preferencias personales, sino de que el Realme 7 Pro deja atrás uno de los principales reclamos de su predecesor: los 90 Hz.
En este caso vemos una pantalla de 6,4 pulgadas Super AMOLED con resolución FullHD+ (de 1.080 x 2.400 píxeles), con una densidad de 409 píxeles por pulgada y a 60 Hz de tasa de refresco como máximo. Se pierde algo en esa fluidez extra que da una tasa de refresco mayor, pero a cambio en general nos parece un panel de mayor calidad que el previo (independientemente del cambio de IPS a AMOLED).
Bien a nivel de ángulos de visión y sensibilidad táctil, es un panel con un grado de contraste alto y con algo de sobresaturación. Esto se puede rebajar ligeramente yendo a los ajustes de pantalla y eligiendo el modo de color “suave”, aunque la calibración tiene bastante margen de mejora.
Pero al menos podremos ajustar la temperatura, ya que en el modo “suave” queda algo cálida (pero correcta). Además, también se sigue añadiendo el OSIE Vision Effect, que aunque no es un cambio drástico sí logra dar un extra de contraste que favorece la visualización de vídeos.
El brillo máximo es de 600 nits y, aunque tampoco es una cifra sorprendente, resulta suficiente en el día a día. El ajuste de brillo automático funciona bien, aunque es algo lento en reacción si pasamos de un ambiente oscuro a uno muy iluminado (o viceversa).
Hay algunas opciones para personalizar la interacción con la pantalla. Si nos interesa activar la pantalla ambiente tendremos que ir a “Siempre en pantalla”, con lo cual tenemos algunas posibilidades para personalizar el reloj de esta pantalla (que siempre implicará un mayor consumo de batería, aunque no se note claramente).
Es interesante echar un vistazo también al apartado “Gestos y movimientos” de “Herramientas prácticas”, dado que es donde encontramos las opciones de navegación y otras maneras de cambiar la interacción con la pantalla. Por ejemplo, está el levantar para activar o los gestos con pantalla apagada (“Gestos fuera de la pantalla”), además de la posibilidad de mantener o desactivar la barra y la de activar la pantalla con un doble toque.
En cuanto al aprovechamiento de pantalla, el fabricante habla de un 90,8% de frontal ocupado por pantalla, según GSMArena (que solemos tomar de referencia) el 87,2%. En todo caso, se logra la sensación de “todo pantalla” y el hecho de sólo tener una cámara frontal lo favorece.
El agujero de la cámara es de 3,69 milímetros, que es bastante pequeño. Aunque no está demasiado cerca de los bordes y la barra de tareas que queda es bastante ancha, de unos 6,62 milímetros, de modo que se ha mejorado un poco lo que vimos en el Realme 6 Pro (medía unos 7,19 milímetros), aunque el texto sigue “perdiéndose” un poco en tanto espacio.
No es algo exagerado y no podemos olvidar que hablamos de un dispositivo de gama media, precio contenido y bastante a la última en general. Además, no nos ha molestado para nada en ningún juego o app a pantalla completa en modo horizontal, que al final lo importante es que no se va comprometida la interacción usuario-pantalla.
En cuanto a la visualización o no de la cámara, Realme mantiene la opción de que se pueda disimular tiñendo de negro la barra de tareas. Es un ajuste que se puede realizar de manera individual por app en las que son compatibles.
Rendimiento: potencia suficiente y temperatura sin alarmas
Con el Realme 7 Pro han sido conservadores y han mantenido el procesador que ya vimos en el Realme 6 Pro. De este modo, vemos un Snapdragon 720G que va acompañado de 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento UFS 2.1, así que veamos qué tal es esta combinación en el día a día.
Con esta opción (la misma que probamos con el Realme 6 Pro, además) vemos que tanto chip como memoria son suficientes para que el móvil funcione bien y no haya sorpresa con ninguna tarea. Hemos podido jugar bien a juegos exigentes como ‘Real Racing 3’ o el ‘PUBG’ y cierto es se echan en falta los 90 Hz, pero salvo algún tirón puntual cuando la gráfica está a tope el rendimiento es suficiente y adecuado.
Notaremos que se calienta un poco si estamos un rato tirando de multimedia, especialmente con videojuegos exigentes. Pero no es nada fuera de lo habitual y además se disipa pronto en cuanto dejamos de usarlo de manera exigente.
En cuanto a los benchmarks, os mostramos los resultados obtenidos con el Realme 7 Pro en las habituales pruebas de rendimiento comparándolo con móviles de características similares.
Realme 7 Pro |
POCO X3 |
Realme X2 |
Xiaomi Mi 9T |
Xiaomi Redmi Note 9 Pro |
OPPO A5 2020 |
|
---|---|---|---|---|---|---|
Procesador |
Snapdragon 720G |
Snapdragon 732G |
Snapdragon 730G |
Snapdragon 730 |
Snapdragon 720G |
Snapdragon 665 |
RAM |
8 GB |
6 GB |
8 GB |
6 GB |
6 GB |
3 GB |
Geekbench (Single/Multi) |
572 / 1.699 (5.0) |
566 / 1.787 (5.0) |
545 / 1.728 (5.0) |
2.545 / 6.900 |
568 / 1.771 (5.0) |
312 / 1.306(5.0) |
3DMark (SlingShot) |
3.549 |
3.780 |
3.494 |
3.196 |
3.499 |
1.181 |
PCMark Work |
10.058 |
8.299 |
7.613 |
9.095 |
7.553 |
5.872 |
Software: vitaminando Android con Realme UI
La personalización por bandera hablando de software en este Realme 7 Pro. En este caso, Android 10 se engalana con la capa propia, Realme UI, en la versión V1.0.
Para empezar, la capa presta opciones para que personalicemos el tema o los iconos, como hemos ido viendo previamente. Una vez se acaba el pre-load, lo que vemos es que se preinstalan hay algunas apps de terceros además de las propias y las de Google, las cuales podemos borrar en su mayoría (los servicios propios no).
Los ajustes generales se presentan de manera clara y limpia, con la mayoría de secciones habituales y algunas propias. Hemos visto ya los relativos a la pantalla, viendo que hay algunos ajustes algo menos intuitivos, aunque salvo alguna excepción el buscador puede ayudar.
Para la pantalla de inicio hay bastantes opciones de personalización. Realme UI no sólo facilita elegir entre espacio único o bien cajón y escritorio, sino que se puede configurar la velocidad de las animaciones, gestos y algunos otros aspectos de la interacción o la interfaz.
El Espacio de juegos se activará automáticamente en algunos (como ‘PUBG’) pero en otro tendremos que hacerlo de manera manual (‘Real Racing 3’ entre otros). En la práctica se traduce en un panel de accesos rápidos para poder bloquear notificaciones o capturar pantalla rápidamente, así como ver a tiempo real los FPS y el uso de la CPU y la GPU.
Veremos que para algunos se activa la posibilidad de aumentar el rendimiento del juego (los que sean compatibles), pero esto normalmente hace que la temperatura suba un poco más y en la práctica se nota poco. Al final son una serie de accesos directos y configuración mínima añadidos.
Veremos que también se mantiene la suite de herramientas de mantenimiento, así como el bienestar digital que ya vemos en todos los móviles. Como añadido propio se mantiene la barra inteligente, que es una serie de accesos rápidos a apps o funciones (similar a la Pantalla Edge de Samsung).
Biometría
El Realme 7 Pro está al día en cuanto a sistemas biométricos de desbloqueo e incorpora tanto reconocimiento facial como lector de huellas. El primero es el estándar, mediante la cámara frontal, y el segundo es un sistema óptico alojado en la pantalla.
En ambos casos podemos hablar muy bien de su desempeño, aunque cabe decir que salvo cuando lo tenemos en la mesa si tenemos los dos activados usaremos mucho más el reconocimiento facial. Además, salvo en iluminación muy baja y/o oscuridad, funciona bien incluso tolerando gafas.
Ayuda que haya activación de la pantalla al levantar, ya que es necesario que el móvil esté activo para que el reconocimiento facial funcione. Por otro lado, con tocar la pantalla veremos que se ilumina la zona de lectura de la huella y la lectura se produce en seguida, sin ser especialmente exigente en cuanto a la superficie apoyada.
Cabe recordar que la rapidez los lectores de huella depende en último momento de las animaciones que el fabricante coloque. En Realme UI hay opción de cambiarla y se nota (son décimas de segundo, pero se nota), y funciona mejor con la cuarta opción que con la que viene por defecto.
Cámaras: sacando más jugo a lo menos ambicioso
Para tener un precio asequible y competir, normalmente se han de hacer algunas concesiones en los componentes. En este caso quizás uno haya sido quedarse en 60 Hz, pero también el no añadir un teleobjetivo como vimos en el Realme 6 Pro.
Así, la combinación de cámaras que vemos en el Realme 7 Pro es la más habitual hoy en día, sin renunciar a un sensor de alta resolución (no tanto de gran tamaño). Incluyendo la cámara frontal (tampoco hay dos, aunque casi mejor), así queda la configuración de cámaras:
- Cámara principal: sensor Sony IMX682 (1/1,73 pulgadas, píxeles de 0,8 µm) de 64 megapíxeles con lente con apertura f/1.8, PDAF, 78,6 grados de campo de visión y focal de 26,1 milímetros.
- Gran angular: sensor Hynix Hi846 (1/4 pulgadas, píxeles de 1,12 µm) de 8 megapíxeles con lente con apertura f/2.3, FF, campo de visión de 119 grados y 15,7 milímetros de focal.
- Macro: sensor GC02K0 de 2 megapíxeles (1/5 pulgadas, píxeles de 1,65 µm) con lente con apertura f/2.4, FF, 83,5 grados y 23,2 milímetros.
- Retratos: sensor Omnivision OV02B1B de 2 megapíxeles (1/5 pulgadas, píxeles de 1,25 µm) con lente con apertura f/2.4, FF, 88,8 grados y focal de 21,9 milímetros.
- Cámara frontal: sensor Omnivision/OV32A1Q de 32 megapíxeles (1/2,75 pulgadas, píxeles de 0,8 µm) con lente con apertura f/2.5, FF y 85 grados de campo de visión.
¿Por qué esta combinación de sensores? Más allá de conjeturas como el precio, explica Realme que con su nuevo sistema de filtros de color la lente para retratos es capaz de capturar más iluminación, así como obtener mayor contraste. Y hablando del vídeo, las cámaras traseras son capaces de grabar hasta en 4K a 30 fps (60 fps también en el caso de 1080p), mientras que la frontal queda en 1080p a 30 fps.
App de cámara
Todas las opciones que dan esas cámaras están soportadas con uno o varios modos en la app de cámara, que los reparte en su mayoría en las habituales pestañas. Dedican una al disparo a 64 megapíxeles y hay una pestaña “Más” en la que veremos el modo ultramacro.
En el modo noche veremos también las opciones de modo trípode y modo constelación, que llevan más allá la larga exposición que per se ya ocurre en este modo (hasta cinco minutos en el caso del modo constelación). En el modo vídeo tendremos también la posibilidad de tomarlo en modo ultraestable.
La app funciona correctamente, aunque hay disparos que son muy lentos y tendremos que ir con cuidado al realizarlos (el de 64 megapíxeles y el HDR). La interfaz es bastante intuitiva y se agradece el HDR en un acceso rápido.
Cámaras traseras
Pese a que el sensor principal es a todas luces el mismo, en el Realme 7 Pro vemos un procesado distinto al del 6 Pro y en algunos aspectos para mejor: la colorimetría es mucho más realista (y acertada), sin viraje al magenta y también hay un balance de blancos automático más adecuado.
Aún se aprecia una ligera sobresaturación, pero no es algo que afecte a la calidad de la foto e incluso puede sentar bien en paisajes u otras escenas. Eso sí, vemos que no acaba de acertar en la tolerancia de las sombras e iluminaciones sobre todo hablando de los contrastes.
Ahí es donde le diremos al HDR que caliente, que sale. En contraluces podrá rescatar más información de las iluminaciones en el objeto principal de la foto, dando así algo más de ganancia en los contornos (con el contra de que puedan quedar forzados, como veremos en algunos disparos nocturnos).
Los 64 megapíxeles, a ojo, no aportan mucho a un disparo a 16 megapíxeles (automático) y además, como decíamos antes, es un disparo que implica esfuerzo extra al sistema. Así que mejor si lo reservamos para fotografías de las que nos interese obtener recortes más definidos o imprimir, o bien cuando queramos algo más de definición a media tarde/amanecer, dado que como ahora veremos el modo noche ahí no es recomendable.
En interiores y por la tarde/amanecer es cuando veremos que las cámaras sufren algo más, con resultados demasiado contrastados y un ruido que tarda poco en aparecer. Por su parte, el gran angular aguanta bien la exposición y la colorimetría con respecto al automático y defiende bien los disparos sobre todo de día, viendo por la noche una pérdida de nitidez más acusada.
De noche, según la situación, nos compensará un modo u otro. Con iluminación artificial pero abundante, o aún en la hora azul, mejor tirar de automático dado que el modo noche (sin opción de ajuste manual) nos dará fotografías sobreexpuestas y movidas con casi toda seguridad.
El modo noche puede sentar bien al gran angular, ayudando a definir un poco más los contornos al recoger algo más de información de iluminaciones y sombras. Es una lente que tiende a subexponer en general cuando la luz ya no es abundante y de este modo podemos salvar algo mejor el resultado (aunque no quede natural), per no vemos una reducción muy efectiva del ruido como en otros modos noche.
Opcional: las largas exposiciones. Para ello es imprescindible el trípode, al ser de más de 30 segundos (sobre todo en el caso del modo constelación). Tampoco son modos aptos para escenas con algo de iluminación, ya que no hay manera de parar el disparo antes de los tiempos automáticos (e incluso podemos tener un disparo sobreexpuesto en plena noche).
En cuanto a la fotografía macro, son imágenes con resolución inferior y no podemos esperar mucha calidad. Normalmente necesita mucha luz para tener una correcta exposición, siendo la mayoría de fotografías muy contrastadas y con un balance de blancos frío.
El modo retrato tiene un recorte bastante adecuado incluso cuando el contorno es pelo. El desenfoque es ajustable pero conviene no forzarlo demasiado, de modo que el resultado pueda ser más natural.
Cámara frontal
La frontal del Realme 7 Pro se defiende bien de día. Con iluminación favorable saca una iluminación equilibrada y un nivel aceptable de detalle, aunque en penumbra o contraluces podremos ver que la calidad disminuye bastante, y convendrá activar el HDR para que los cielos no se quemen.
De noche veremos que la nitidez es mucho menor, aunque tampoco vemos un resultado muy distinto al que esperaríamos en un móvil de gama media. Además, hay modo noche para la cámara frontal y puede ayudar a mejorar el resultado.
El modo retrato tiene buen resultado, aunque el recorte es algo peor que en las traseras. No obstante, no vemos una pérdida de detalle en en el primer plano con respecto al disparo en automático y suele dar instantáneas totalmente válidas.
Vídeo
Las grabaciones en 4K y 1080p de día se defienden muy bien, sobre todo en estabilización (sin hablar aún del modo ultraestable). Echamos en falta algo de viveza en los colores y la nitidez tiene margen de mejora, pero el resultado es más que aceptable y hay una buena captura del audio.
De hecho, el modo de vídeo ultraestable nos sigue pareciendo algo exagerado. Es una estabilización electrónica muy forzada y con un muestreo demasiado alto que no deja buenos resultados, al menos para quien busque tomas más estables y suavizadas tipo gimbal.
De noche la calidad se pierde un poco y conviene que lo dejemos en 4K. En este caso podemos tirar del modo de asistencia para escenas nocturnas, aunque también da un resultado muy postizo al sobreexponer (si hay iluminación suficiente) y además ser menos estable).
La cámara frontal también tiene buen resultado de día, y veremos que de noche también se ve afectada aunque no más de lo que cabía pensar. También vemos una buena estabilización y esa ligera falta de saturación que le iría bien al realismo de la colorimetría.
Autonomía: la carga rápida era esto
Una de las mejoras con respecto a su antecesor ha sido la de integrar una pila con algo más de capacidad. Con una pantalla menos exigente y 4.500 mAh esperábamos mejores cifras en este 7 Pro que en el Realme 6 Pro, así que veamos lo que hemos registrado.
Con el Realme 7 Pro hemos tenido una autonomía media de 30 horas, alternando jornadas de uso más exigente y otras más corriente (y tema claro y oscuro), con 8 horas de pantalla. Es por tanto algo más de lo que vimos en su predecesor, que quedaba en 26 horas de media.
El test de autonomía de PC Mark también nos da mejores cifras, aunque no por mucha diferencia. En general lo que consigue es que no estemos pendientes de llevar el cargador o una batería externa encima si salimos de casa con el 60% o 50%, al menos si no vamos a estar horas fotografiando y/o jugando.
Algo que nos ha gustado mucho es esa carga rápida de 65 W, al menos a corto plazo. En 40 minutos se tiene la batería cargada al 100%, de modo que en unos 15 minutos ya nos da para muchas horas de autonomía. De hecho, por equivocación lo cargamos una vez a 33 W (con otro cargador) y fue “extraño” ver que tardaba una hora y 20 minutos en cargarse (casi “indignante”).
Sonido: bien por la ficha técnica, regular por el desempeño
Sobre el papel, buenas noticias para quienes quieren tener todas las opciones posibles en su móvil para la audición de contenidos, ya que el Realme 7 Pro cuenta con altavoces estéreo y minijack de 3,5 milímetros. Ahora veremos que además hay algunos ajustes de audio para lo segundo.
Eso sí, la calidad en general no es demasiado sobresaliente, más bien cumple con el mínimo esperado para un gama media. El sonido dual sale bien, sin crear vibraciones y es un aliciente sobre todo en videojuegos, pero en general la calidad es algo menor a la esperada (aunque se agradece el salto con respecto al 6 Pro, que no tenía estéreo).
El rango dinámico es muy justo, aunque graves y agudos están relativamente bien compensados. Y de volumen va sobrado, con 111 decibelios a la salida del altavoz que quedan en 77-81 ambientales. Es más que suficiente, pero mejor dejar entorno al 80% para no tener un sonido demasiado enlatado (incluso hacia el 50% da volumen de sobra para ambientar una estancia).
Con auriculares la experiencia mejora mucho, sobre todo si tiramos de supraaurales o algún factor forma que favorezca la dirección y el aislamiento. El Dolby ayuda a dar un poco más de profundidad, sobre todo si elegimos el ajuste de cine (para unplugged y directos también va bien, no es necesario que sea una película o un vídeo).
También hay ecualizador, predeterminado y personalizable. Los ajustes predeterminados de ecualización se notan muy poco, y quizás el equilibrado pueda gustarnos algo más.
Realme 7 Pro, la opinión de Xataka
Sencillez sin alardes sin comprometer la calidad. Ésa es más o menos la mínima de Realme con este nuevo 7 Pro, que renovado especialmente en diseño busca ser la elección de quien prefiere un precio más ajustado sin renunciar a una buena cantidad de RAM, las cuatro cámaras de turno o una pantalla con resolución FullHD+.
Eso sí, nos parece (por precedentes) que es una oportunidad perdida al no haber mantenido los 90 Hz y el teleobjetivo, lo cual lo diferenciarían mucho más de una competencia cada vez más surtida, empezando por casa propia y mirando de tú a tú a móviles como los POCO o los Redmi.
El móvil funciona bien y sobre todo es un alivio ante tanto gigante pesado. Es cómodo, muy cómodo, y el panel da buen resultado, así como su hardware a nivel de rendimiento.
En resumen, el móvil funciona bien y tiene potencia suficiente para cualquiera de las tareas más habituales. La autonomía, la construcción y el rendimiento van a ser sus bazas, sobre todo si queda en un precio competitivo.
8.4
A favor
- Muy buena construcción y diseño: resistente, original, no resbala y resiste muy bien a las huellas.
- Apenas se calienta aunque estés un buen rato jugando o haciendo fotos.
- Lo de la carga rápida es un espectáculo.
En contra
- Echamos en falta los 90 Hz, y lo expresamos aquí porque su predecesor sí los llevó.
- El sonido estéreo es un plus, pero la calidad no ha sido la esperada.
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Realme. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
–
La noticia
Realme 7 Pro, análisis: esta experiencia y características por 300 euros lo ponen difícil a la competencia
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Anna Martí
.