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Neymar y Mbappé rescatan al PSG y lo llevan a semifinales

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Neymar y Mbappé rescatan al PSG y lo llevan a semifinales

El conjunto francés remontó el partido en los últimos cuatro minutos ante un Atalanta que se adelantó en el marcador pero acabó desfondado

Los jugadores del PSG celebran la clasificación para semifinales.
Los jugadores del PSG celebran la clasificación para semifinales. REUTERS

Si hay una razón para construir un equipo plagado de estrellas es que resuelvan el partido clave en el instante preciso. Eso hicieron Neymar y Mbappé, cargarse el miedo del PSG a la espalda y empujar al equipo a semifinales. No logró redondear el Atalanta una gesta que tuvo escrita en su historia el año que fue la única alegría para Bérgamo. [Narración y estadísticas: 1-2]

No pudieron los italianos sujetar el talento. Le tocó al Mbappé mirar desde el banquillo mientras el brasileño lanzaba al equipo y asumía todos los papeles. De catalizador del juego a rematador. Se multiplicó pero se nubló una y otra vez donde nunca perdona. Falló en un mano a mano con Sportiello en el arranque y el error le persiguió el resto del partido ante un Atalanta que, si bien alteró algo su patrón de juego descarado, supo seguir sacándole provecho.

No son los italianos un equipo fácil. Se protegen lo justo, pero su contundencia en ataque no tiene parangón. Si Neymar lanzó el primer aviso, respondió Hateboer obligando a Keylor a con un cabezazo picado.

Buscó Gasperini que su equipo tuviera un punto más de empaque, aunque eso supusiera sacrificar a Papu Gómez en el duelo para eclipsar a Marquinhos. Y el argentino cumplió con su labor. Sin su batuta, Neymar tuvo que iniciar y finalizar jugada, poco ayudado por Icardi en la tarea. Obligaron a los italianos a emplearse en cortocircuitar sus ataques, y le sirvieron en bandeja su mejor arma: el contragolpe. Del que comandó Zapata hasta la frontal nació la apertura a banda para que Pasilic adelantara a la Diosa en el marcador.

Se creció más el PSG tras el golpe, pero no superaba su bloqueo al pisar el área. Dos ocasiones muy claras tuvo Neymar de igualar. La primera en un robo que conduce para armar un derechazo que se pierde ajustado al palo. La segunda aprovechando una pérdida de Hateboer que no enviar al fondo de la red por el peso del recuerdo del primer mano a mano errado.

No encontraban los italianos la forma de frenar al brasileño, fresco y con una velocidad más que el resto de sus compañeros, aunque tan exigido que se tuvo que conformar con un rosario de faltas al borde del área.

Entrada de Mbappé

Muy claro vio Tuchel que ya no podía guardarse más el comodín de Mbappé. Necesitaba su fuerza y su talento ante un rival que daba síntomas de asfixia y al que Gasperini tuvo que sacudir. Jugaban ya ambos contra el reloj y tocaba medir las fuerzas.

Mientras el Atalanta parecía renunciar a engordar el marcador, Neymar se desdibujaba al tiempo que su equipo se volvía más coral. Marquinhos despertó y las bandas se estiraron. El conjunto francés se encontraba suelto en el empeño de seguir vivo en Europa. Lo hizo sin Keylor, que pidió el cambio por lesión, y encomendándose a Mbappé, que se plantó dos veces ante Sportiello sin poder batirlo. La defensa de la Diosa no podía contener su fuerza, pero al francés le pesó la lesión y la larga inactividad de un equipo que solo ha jugado dos partidos oficiales desde el regreso de la competición.

Instalado en campo de los italianos pero atenazados por sus propios miedo, renació el PSG. En cuatro minutos, Marquinhos y Choupo-Moting le dieron vida para pelear por una gloria Champions que se le niega.