Mensaje Arecibo: qué pasó cuando la humanidad trató de comunicarse con el borde de la Vía Láctea
El 16 de noviembre de 1974 un potente mensaje omnidireccional salió desde el Observatorio Arecibo en Puerto Rico con dirección hacia el borde de la Vía Láctea. ¿Su objetivo? Llegar a un cúmulo de estrellas conocido como M13 y situado a 25.000 años luz de nosotros. ¿La esperanza? Que si hay vida extraterrestre ahí, puedan escucharnos.
En estos últimos días un desafortunado incidente en el Observatorio Arecibo ha dejado al segundo radiotelescopio más potente del mundo inoperativo. Un radiotelescopio que nos ha permitido enormes avances en la investigación astronómica gracias a su gigantesco plato parabólico de más de 300 metros de diámetro. Pero entre sus hazañas una de las más curiosas quizás sea este mensaje que envió al exterior hace más de cuatro décadas. Si llega a su destino lo hará en unos 24.950 años, y se necesitará más o menos los mismos para que una posible respuesta llegue de vuelta.
El acontecimiento ocurrió en 1974, cuando para conmemorar la remodelación del radiotelescopio la organización encargada de dirigirlo decidió enviar un mensaje desde la antena. Su uso principal es recibir mensajes desde el exterior capturando las ondas que llegan, pero eso no significa que no pueda enviar mensajes también.
Descifrando el Mensaje Arecibo
Diseñado por el astrónomo Frank Drake con la ayuda del conocido divulgador Carl Sagan y el Observatorio de Arecibo, el mensaje estaba compuesto de información esencial sobre la humanidad. Información esencial y simplificada al máximo para decir quiénes somos, de qué estamos hechos y dónde estamos. Todo ello contenido en 1.679 bits.
Al ser bits significa que cada uno sólo puede tener dos valores (uno o cero, encendido o apagado…), por lo que el mensaje es fácilmente representado y también modulado para su envío o recepción. Representado gráficamente se trata de un “dibujo” en el que se separa todo el panel en una cuadrícula donde cada pequeño cuadrado representa un cero o uno. En otras palabras, donde cada cuadrado puede estar en negro o pintado. Lo mismo ocurre a la hora de enviarlo, se utilizaron dos frecuencias distintas para representar cada rectángulo de la cuadrícula.
1.679 bits representados en una rectángulo de 73 líneas y 23 caracteres, enviado todo a una velocidad de 10 bits por segundo. Esto permitió enviar el mensaje en algo menos de tres minutos. Si alguien lo recibe y comprende que es un mensaje binario que puede representar en un gráfico, se encontrará con un mensaje compuesto por siete partes. Como se muestran en la siguiente imagen donde se ha separado el mensaje:
Si analizamos qué contiene cada parte encontramos lo siguiente:
- Números (blanco): Los números del 1 al 10 escritos en binario.
- Moléculas del ADN (morado): En realidad se trata de nuevo de números, el 1, el 6, el 7, el 8 y el 15. Estos números corresponden a hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno y fósforo en la tabla periódica según la cantidad de protones que tiene cada uno en su núcleo. ¿Por qué estos elementos? Porque son los esenciales para la vida tal y como la conocemos.
- Nucleótidos (verde): Siguiendo con la química, encontramos la composición representada como fórmula de los nucleótidos que conforman el ADN humano.
- Doble hélice (azul y blanco): Una representación gráfica de la doble hélice que tiene la estructura del ADN, así como el número 4.300 millones, que es la cantidad de nucleótidos que se creía por aquel entonces que teníamos.
- Humanidad: (azul, blanco y rojo): Probablemente el único que podemos descifrar a simple vista, la representación del ser humano. A su izquierda está la altura media (174 cm) y a su derecha la cantidad de humanos (4.300 millones se calculaba por aquel entonces).
- Sistema Solar (amarillo): Simple de entender si sabemos a que hace referencia, si nos fijamos es la representación del Sol, Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. El Sol es el más grande, Júpiter y Saturno también son más grandes, Urano y Neptuno le siguen y la Tierra está una línea por encima para diferenciarse de los demás y justamente alineada con el humano representado más arriba.
- Radiotelescopio Arecibo (morado, azul y blanco): Una representación del radiotelescopio Arecibo. Viene acompañado de la cifra 2.430, que multiplicada por la longitud de onda da como resultado el diámetro del radiotelescopio.
Si alguien recibe este mensaje lo hará en forma de ondas, que moduladas darán como resultado sonidos en dos valores distintos o una representación gráfica de dos valores distintos también. Tendrá que averiguar por si mismo que realmente es un mensaje y no algo aleatorio, también tendrá que averiguar por si mismo que se ordena por filas de 23 columnas. Una vez hecho eso deberá ingeniárselas para entender que lo primero son números (si es que sabe que es un número y si es que sabe que se empieza por arriba y por la izquierda). Y ya si consigue eso, entender que lo siguiente son elementos químicos, ADN y más será el verdadero reto.
Demostrar de lo que somos capaces
El cúmulo de estrellas M13 está a 25.000 años luz de nosotros, se envió hacia esa dirección porque se espera que si hay vida extraterrestre allá tenga más probabilidades de existir por el simple hecho de que hay más estrellas y posibles sistemas que alberguen vida. Teniendo en cuenta que no hay nada más veloz que la luz, este mensaje va a tardar como mínimo 25.000 años en llegar y otros 25.000 mil años en volver con una respuesta, si es que se va a dar, claro.
A esto hay que sumarle el hecho de que la señal se va a degradar con toda probabilidad durante su viaje debido al polvo cósmico y lo que se encuentre de por medio. No hay muchas esperanzas, la verdad. De hecho, no fue el propósito como tal de Mensaje Arecibo. La idea detrás de esto era conmemorar la renovación del observatorio y sobre todo demostrar de qué era capaz.
Durante estas cuatro décadas y media el mensaje ya habrá recorrido unos 430 billones de kilómetros. Se está alejando a toda velocidad y también puede ser interceptado de por medio durante su camino al cúmulo de estrellas M13. Es el mensaje más lejano que hemos enviado, aunque no el único.
Si hay un mensaje para extraterrestres que se ha impregnado en la cultura popular ese es desde luego el de la Voyager. Viendo el Mensaje Arecibo o lo que contiene el disco de oro de la Voyager nos damos cuenta de lo difícil que puede ser explicar a algo externo a la Tierra quiénes somos, cómo somos o dónde estamos. Y también nos damos cuenta de que, a escala astronómica, no somos nada.
Más información | SETI
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Xataka
por
Cristian Rus
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