Versallesco en sus prolegómenos y de guante blanco en su desarrollo, el partido entre el Manchster City y el Real Madrid se presentaba, como todos en distintas proporciones, como un feroz duelo económico. Y, aunque sea el club más valioso del mundo y no precisamente timorato a la hora de tirar de talonario, el Madrid representaba en esta ocasión la austeridad forzosa en contraposición al derroche avasallador del City. Con los ingresos reducidos a causa de la pandemia, metido en costosas obras d