Las mascarillas KN95 seguirán con nosotros hasta el 31 de diciembre: por qué iban a dejar de comercializarse y por qué lo seguirán haciendo
Hace unos días, los medios se llenaron de artículos y reportajes sobre el “adiós de las mascarillas NK95”. Según la normativa vigente, el 30 de septiembre era el último día en que estas mascarillas podrían comercializarse en el país y eso levantó una enorme polvareda mediática y social. Finalmente, el Gobierno ha tomado cartas en el asunto y el “adiós” de estas mascarillas no ocurrirá al menos hasta fin de año.
¿Qué ha pasado con estas mascarillas? ¿Por qué iban a dejarse de comercializar y por qué lo seguirán haciendo?
Una solución temporal a un problema excepcional
En mitad de la pandemia y con una enorme escasez de material médico, el Gobierno se dio cuenta de que no había suficientes equipos de protección individual (EPI) con el marcado CE reglamentario. El marcado CE es un indicador de que el producto ha superado unos requisitos mínimos de seguridad al tener las especificaciones técnicas que marca el Reglamento (UE) 2016/425.
En condiciones normales, los fabricantes que quieren vender en la Unión Europa deben conseguir ese marcado en algún país miembro. Es algo que ocurre habitualmente en todos los grandes mercados del mundo como Estados Unidos o China. Los países establecen unos requisitos y las empresas se adaptan a ellos. A los que quieren, según dónde suelen vender sus productos porque estos estándares no tienen por qué coincidir entre ellos y suele resultar caro obtener el certificado.
Cuando la Secretaría General de Industria comprobó que había productos ‘homologables’ en el mercado (pero que no tenían el marcado CE y no se podían comercializar), emitió una resolución “excepcional y temporal” que permitía el uso y comercialización de una serie de productos “aunque los procedimientos de evaluación de la conformidad, incluida la colocación del marcado CE, no se hayan efectuado completamente según las normas armonizadas”.
Industria abría una vía para poder adquirir los suministros necesarios. Una puerta que, según esa misma resolución, se cerraría “en el momento en que se complete la evaluación de conformidad necesaria para poner el marcado CE a dichos productos, o hasta el 30 de septiembre de 2020, lo que antes ocurra”. Si los productos no conseguían el marcado CE antes del 1 de octubre, no podrían seguir siendo comercializados.
El problema de las NK95 (y la solución)
Entre otras muchas cosas, estas resoluciones permitieron que se importaran enormes cantidades de mascarillas autofiltrantes tipo NK95; es decir, mascarillas que, aún garantizando un nivel adecuado de salud y seguridad, no estaba homologadas siguiendo el reglamento europeo 2016/425, sino la norma china GB2626-2006.
No se equivocaban demasiado. Como reconocen en una resolución del 28 de septiembre de 2020, “se ha constatado que el abastecimiento de estos productos ha mejorado considerablemente”. Sin embargo, hasta que estalló la noticia hace unos días, muchas farmacias, administraciones públicas y distribuidores no eran conscientes de que se prohibiría su venta en los próximos días. Ante este problema y recalcando que se trata de un problema administrativo, el Gobierno ha movido ficha ampliando el plazo hasta fin de año.
Con algunos matices, eso sí: esta prórroga solo afectará a compras de administraciones públicas efectuadas antes del 1 de octubre (aunque aún no hayan sido servidas) y el stock – público o privado – que se encuentre en el país antes de esa fecha. Es decir, vendedores y administraciones tendrán tres meses más para poner en orden pedidos y vender el stock que tengan acumulado.
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La noticia
Las mascarillas KN95 seguirán con nosotros hasta el 31 de diciembre: por qué iban a dejar de comercializarse y por qué lo seguirán haciendo
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Xataka
por
Javier Jiménez
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