Koke: “¿Cruel? Ellos han sido mejores”
Champions League
Leipzig 2 – Atlético 1
Koke: “¿Cruel? Ellos han sido mejores”
Koke reconoce la superioridad del rival. “Sólo podemos felicitarles”, dice el capitán tras el nuevo fiasco en la Champions.
En el silencio del Alvalade, sonó a portazo de madera vieja: Tuucc. El golpe seco y caída al suelo de Halstenberg y Savic, que despegaron sin mirar a por una pelota y acabaron sangrando sobre el césped. El choque sacudió los banquillos, en trajín de médicos, botiquines y compañeros con cara de susto. Quedó en nada por la robustez de ambos jugadores, al rato tan campantes buscando -el atlético- el remate con el vendaje calado en rojo. Esos minutos de atención permitieron respirar a dos equipos tan intensos como poco precisos en la primera parte. El tanteo inicial no dio para mucho, más allá de alguna llegada aérea y el toque rápido de los alemanes camino de la frontal.
Más ruido que nueces ante un rival con mucha experiencia en estas alturas de la Champions. Sabe el Atlético lo largo que es un partido en esta traicionera competición -sobre todo en Lisboa-, como bien pudo comprobar la noche anterior, con ese PSG arrebatado dando la vuelta a su partido en los últimos minutos. El Leizpig era nuevo, pero no parecía sentir el vértigo en una noche sin fisuras. Su alojamiento portugués era de película de espías, el hotel Palacio de Estoril. En sus imperiales salones, encontró Ian Fleming inspiración para escribir sobre James Bond. Botones con gorra de plato, piscina ideal, jardines… El famoso Casino está enfrente. Los alemanes se sintieron poderosos antes y durante el partido, a pesar de arrancar como el gran outsider del torneo. Kevin Kampl mandaba en el medio y el español Dani Olmo pellizcaba arriba. Su gol, en el despertar del segundo periodo, premió el mayor interés del cuadro de Nagelsmann, convertido de repente en pesadilla para el Atlético.
Simeone, al verse por debajo, miró al banquillo de inmediato. Turno de Joao Félix, suplente en su ciudad. El fichaje del año empezó el partido (del año) fuera del equipo, tardando muy poco en cuestionar su ubicación inicial. En apenas unos minutos, demostró talento y determinación, sin pudor alguno. Al contrario, se echó el equipo a la espalda, con la portería contraria como faro que buscar. Un control orientado aquí, un caño allá.. Y de repente, la contra lanzada para combinar con Costa y plantarse en el área para chutar.
No tuvieron más remedio que pararle en zancadilla. El penalti fue suyo, fuerte y a la red. No dudó, para alivio de un Atlético renovado con su joven portugués. Pero como tantas otras veces en la Champions, a la vuelta de la esquina le aguardaba al equipo rojiblanco un disgusto. El impulso de Joao Félix duró poquito, sin encontrar mucha compañía en la misión de llegar a semifinales. Con el duelo desmigajado, encontró fortuna el Leizpig, cuando más tocado parecía. La cara de Morata y compañía al final lo decía todo. Tras eliminar al campeón, Lisboa volvía a esconder lágrimas. Otra vez en los últimos minutos. «Han sido mejores, han tenido más posesión, han sido más rápidos y más intensos. Hay que darles la enhorabuena», resumió con elegancia Koke.