Fumadores y vapeadores tienen peor pronóstico frente al COVID-19
Expertos en medicina respiratoria y cardiovascular explican que el consumo de tabaco y el uso del cigarrillo electrónico deteriora los mecanismos de defensa de los pulmones, generando alteraciones que favorecen la aparición de infecciones respiratorias bacterianas o virales. También tienen menos respuesta inmunológica
El cigarrillo se ha convertido en los últimos años en uno de los principales enemigos de la salud pública por la gran cantidad de enfermedades graves que ayuda a desarrollar, como el cáncer, Epoc, infartos y ACV, entre muchas otras. Incluso, en los últimos años nos hemos tenido que enfrentar a nuevas amenazas, como los vapeadores o cigarrillos electrónicos.
Ya sea a través de la nicotina o en forma de vapeador, el cigarrillo hoy es una seria amenaza frente a la pandemia por COVID-19, admite la Organización Mundial de la Salud (OMS) y una gran cantidad de instituciones públicas y privadas, respaldadas por varios estudios científicos.
Un nuevo documento, de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), junto con otras asociaciones y sociedades científicas de Latinoamérica, afirma que fumadores y usuarios de sustancias inhaladas, tendrían riesgos mayores en la pandemia por COVID-19
“El humo del tabaco deteriora varios componentes de los mecanismos de defensa del aparato respiratorio, generando alteraciones que favorecen la aparición de infecciones respiratorias bacterianas o virales y podrían explicar por qué las personas que fuman presentan no sólo una mayor incidencia sino manifestaciones más graves de infecciones respiratorias como influenza, neumonías y tuberculosis, convirtiéndose en importantes causas de enfermedad y muerte en este grupo poblacional”, indicó a Infobae la doctora María Inés Medin (MN 76158), coordinadora de la Sección Tabaquismo y Epidemiologia de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, que recordó que ya en el brote de MERS–Cov (Síndrome Coronavirus Respiratorio del Mediano Oriente) del 2012, se identificó al consumo de tabaco como un factor vinculante a la hora de padecer la infección.
Y agregó: “Entonces es probable que los fumadores tengan una mayor susceptibilidad a infectarse también por SARS-Cov-2, o de padecer la enfermedad COVID-19 con mayor severidad. Por otra parte, el uso de sistemas electrónicos de administración de nicotina (conocidos como cigarrillos electrónicos, e-cigs o vapeadores), exponen a los usuarios a partículas y a tóxicos, que generan alteraciones en los mecanismos de defensa respiratoria similares a las producidas por el tabaco combustible. Los mismos efectos se ven potenciados por productos de tabaco calentado, la exposición “pasiva” al humo del tabaco, la contaminación atmosférica y de interiores por combustibles sólidos (humo de leña), entre otros”.
La experta destacó que el acto de fumar o “vapear” –que involucra el acto de llevar repetitivamente los dedos a la boca– aumenta la posibilidad de transmisión del virus. A su vez con este mismo acto se pueden contaminar los cigarrillos, dispositivos electrónicos, pipas de agua (también llamadas “hookah” o narguiles) o cigarrillos de marihuana aumentando la probabilidad de contagio.
En el reporte Características clínicas de la enfermedad por coronavirus 2019 en China, sobre un total de 1099 pacientes con COVID-19 en el que se evaluaron la severidad de los síntomas y una variable de resultado compuesta (ingreso a Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), necesidad de ventilación mecánica o muerte) la condición de ser un fumador actual se asoció con síntomas severos y mostró resultados estadísticamente significativos (16.9% vs 11,8%) y con peor desenlace (25,8% vs 11,8%).
A propósito, la OMS afirma que el consumo de tabaco aumenta drásticamente el riesgo de muchos problemas de salud graves, incluidos problemas respiratorios (como cáncer de pulmón, tuberculosis y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica – EPOC) y enfermedades cardiovasculares. Si bien esto significa que siempre es la mejor decisión individual de dejar de fumar: la cesación tabáquica puede ser especialmente importante para prevenir la infección por SARS-Cov-2 o evitar complicaciones de COVID-19.
“Además, es posible que los consumidores de tabaco que dejan de fumar sufran un menor impacto sobre su salud si se infectan, porque dejar de consumir tabaco tiene un efecto positivo casi inmediato en la función pulmonar y cardiovascular. Estos beneficios aumentan a medida que pasa el tiempo, permitiéndoles a los pacientes con COVID-19 responder mejor a la infección y reducir el riesgo de muerte. La recuperación más rápida y los síntomas más leves también reducen el riesgo de transmisión de la enfermedad a otras personas”, precisó Mendin.
Vapear, también un peligro
“El aerosol generado por los cigarrillos electrónicos o vapeadores produce irritación de las vías aéreas superiores y del tejido pulmonar (llamado alveolo). Esto activa toda una línea de respuestas de tipo defensiva en el organismo que en la mayoría de los casos termina empeorando la salud”, explicó a Infobae el doctor Francisco Toscano Quilon, médico cardiólogo (MN 95.358) y miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
Y agregó: “Como si esto fuera poco, la irritación continua y sostenida de la vía aérea favorece las infecciones de tipo viral como la Gripe estacional, el H1N1 y el Covid-19. Está absolutamente demostrado que fumar y/o vapear favorece la aparición y la gravedad de la Neumonía por COVID-19. Esto estaría determinado porque el tabaquismo favorece la expresión pulmonar de ciertos receptores que favorecen la unión del virus cuando entra en contacto con el tejido pulmonar”.
Estudios realizados en China demostraron que los fumadores tienen 14 veces más probabilidades de evolucionar hacia la Neumonía. De la misma manera, se ha demostrado que los pacientes añosos y tabaquistas tienen mayor riesgo de sobreinfecciones bacterianas.