El papel de la Nutrición en nuestra salud mental y nuestro estado de ánimo
En los países desarrollados comemos una mayor variedad de productos alimenticios que nunca antes habíamos consumido, pero esto no significa que estemos bien nutridos. De hecho, muchas personas no ingieren suficientes nutrientes que son esenciales para buena salud del cerebro, optando por una dieta de alimentos muy procesados que contienen aditivos artificiales y azúcar.
El enlace entre mala salud mental y deficiencias nutricionales ha sido reconocido por los nutricionistas, y los psiquiatras son ahora cada vez más conscientes de los beneficios del uso de enfoques nutricionales para la salud mental.
Investigaciones recientes han demostrado que los complementos alimenticios como el zinc, el magnesio, el omega 3 y las vitaminas B y D pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo de las personas, aliviar la ansiedad y la depresión y mejorar la capacidad mental de las personas con Alzheimer.
Ahora se sabe que muchas patologías en salud mental son causadas por inflamación en el cerebro que finalmente causa que nuestras células cerebrales mueran. Esta respuesta inflamatoria comienza en el intestino y se asocia con la falta de nutrientes en nuestros alimentos, como el magnesio, ácidos grasos omega-3, probióticos, vitaminas y minerales, que son esenciales para el funcionamiento óptimo de nuestros cuerpos.
El rol de los probióticos en mejorar la salud mental también ha sido explorado por psiquiatras y nutricionistas, que descubrieron que tomarlos a diario se asociaba con una importante reducción de la depresión y la ansiedad.
Suplementos nutricionales:
Estos suplementos de venta libre están ampliamente disponibles en supermercados, farmacias y tiendas de alimentos naturales. Para las personas que no han respondido a los medicamentos recetados o que no pueden tolerar los efectos secundarios, la intervención nutricional complementaria puede ofrecer esperanza para el futuro.
El uso de suplementos alimenticios ofrece un enfoque alternativo que tiene el potencial de hacer una diferencia significativa en la salud mental en todos los grupos de edad. La evidencia científica emergente sugiere que debería haber un papel más grande para la psiquiatría nutricional en salud mental dentro de los servicios de salud convencionales. Los médicos de cabecera y los psiquiatras deben conocer la conexión entre los alimentos, la inflamación y las enfermedades mentales.
La comunidad médica tradicionalmente ha excluido el conocimiento nutricional y su asociación con la enfermedad mental. Esto ha llevado a una situación en la que muy pocos médicos tienen una comprensión adecuada de la importancia de la nutrición. Se considera que las intervenciones nutricionales tienen poca evidencia para respaldar su uso para prevenir o mantener el bienestar, por lo que se les deja asesorar a los dietistas, en lugar de a los médicos.
Pero a medida que aumentan las pruebas, es hora de que la comunidad médica tome en serio la nutrición para que los médicos de familia y psiquiatras del futuro conozcan tanto sobre su papel en la buena salud como sobre la anatomía y la fisiología. El estado de nuestra salud mental y física depende de ello.
Fuente consultada: InnerSelf.com