El gran reto de ser escritor y vender libros sin poder hacer presentaciones: el parón de la pandemia también afecta a los autores españoles
El pasado 2 de junio el Consejo Europeo de Escritores (EWC) hizo públicos los resultados de su encuesta sobre el impacto económico de la COVID-19 entres sus profesionales. Y sus conclusiones, como en buena parte del sector cultural, son desoladoras.
Resumiendo, el 97% de los escritores y traductores europeos sufren una alta pérdida de ingresos, principalmente debido a la cancelación de conferencias, talleres y lecturas; el 64% de los escritores espera pérdidas debido a publicaciones pospuestas; y el 40% espera pérdidas porque sus contratos se han pospuesto o los anticipos de regalías –el porcentaje de los derechos que cobran según las ventas– se han visto reducidos.
Para entender cómo afecta esta situación a los escritores en España conviene empezar por acercarse al Libro Blanco del Escritor, publicado en 2019 por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), cuyo presidente, Manuel Rico (Madrid 1952), desgrana para Xataka.
“En términos generales, hay dos categorías de escritores. Una, que es la generalizada con el 83,6%, son aquellos que viven de otras actividades que no son la literatura: profesores, funcionarios, empleados de banca, autónomos, en general trabajadores que tienen otra actividad y por las tardes o en su tiempo libre escriben, o jubilados, como es mi caso, que normalmente viven de la pensión”, explica el poeta, escritor y crítico literario.
“La otra, solo un 16,4%, son los escritores que vive exclusivamente de los derechos de autor y actividades relacionadas: bolos, conferencias, presentaciones de libros o colaboraciones en medios”, añade Rico.
Como muestra de la precariedad del sector, un dato: el 77% de los escritores percibe menos de 1.000 euros al año en concepto de derechos de autor por la venta de sus libros. “Lógicamente, a los escritores que más ha afectado la pandemia no es a los que venden ‘best-sellers’, que son el 1% del conjunto y como el resto de los autores cobraron el anticipo o los derechos de autor en el primer trimestre del año, ni a los que vivimos de otras actividades o la jubilación”, explica Rico.
“A quienes más ha afectado la crisis del coronavirus es a ese 16% que cobra de manera modesta derechos de autor y cuyos ingresos fundamentales son colaboraciones en prensa, actividades y conferencias programadas a lo largo del año, autores que tienen que rebañar de todos los sitios para sacar un sueldo digno al cabo del mes”, añade el también escritor.
Como ya apuntaban los datos del Consejo Europeo de Escritores, Rico confirma que los principales problemas de los escritores en España giran alrededor del parón provocado por la pandemia. Es decir: se han pospuesto, hasta el otoño o ‘sine die’, muchas publicaciones, pagos y eventos. Y cuando las actividades se han trasladado al entorno digital, una minoría de los casos, los escritores no han sido remunerados o han cobrado menos.
“Nosotros como ACE hemos acordado una serie de seminarios con el Ministerio de Cultura y la Dirección General del Libro, en general talleres y conferencias con autores, que sí se están retribuyendo. También hemos pedido que eso se plantee en otras administraciones. Y tenemos pendiente una reunión con la Federación Española de Municipios y Provincias porque buena parte de nuestras actividades dependen de las comunidades y las diputaciones”, explica Rico en este sentido.
El presidente de ACE insiste, además, en el impacto que tienen las presentaciones de los libros en las ventas. “A Alfaguara o Planeta con colocar el libro en los grandes centros comerciales ya les basta. Pero para una editorial pequeña, un escritor, o en géneros como la poesía o los cuentos, es fundamental poder llevar al autor de un sitio a otro, que lo presente en las librerías y que venda libros. Los intereses de la editorial, el autor y el librero se conjugan”, afirma Rico.
Hablando de su caso personal, Rico apunta a otra dificultad afrontada por los escritores en la pandemia. A principios de año, la Editorial Huso publicó una nueva edición de su novela ‘El lento adiós de los tranvías’, aparecida por primera vez en 1992.
“Se presentó en la Biblioteca de La Casa Encendida el 30 de enero y empezó a funcionar estupendamente. El 27 marzo tenía prevista la presentación en la Librería Alberti, después iba a ir a Alcalá de Henares y se canceló todo. Apresuradamente, en el mes de mayo, se sacó una edición digital”, explica el escritor sobre los lanzamientos que en los primeros meses de 2020 apenas pudieron promocionarse y ahora han quedado sepultados por las novedades.
“En Vallecas Calle del Libro, un festival literario en el barrio madrileño de Vallecas, yo era el autor homenajeado, y como todo ha pasado a digital las actividades se han visto limitadísimas o se han hecho muy pocas porque las bibliotecas se han estado utilizando para hacer PCRs”, continúa contando Rico sobre su experiencia. “Además, la suspensión de la Feria del Libro de Madrid ha sido un golpe enorme. Muchos editores, libreros y autores concentran la facturación del año en esos días”, añade.
La importancia del contacto con los lectores para escritores y editoriales
Hablando de ferias y el impacto que han tenido en las editoriales, pequeñas pero tan consolidadas como Capitán Swing, que en plena pandemia ha cumplido 10 años, Daniel Moreno (Madrid, 1980), su editor jefe, nos resume su situación.
“Ha sido una experiencia muy desconcertante, pero también fue un buen momento para hacer revisión y análisis de ciertas rutinas e inercias. Las librerías cerraron tres meses y medio durante la pandemia, con lo que no podíamos vender libros físicos, y aunque podíamos vender ebooks en las plataformas, y ese nicho de mercado aumentó bastante durante el confinamiento duplicando y triplicando las descargas, nuestras liquidaciones bajaron casi un 40%, en un momento de mucho gasto de previsión estructural”, explica.
“Al ser una crisis mundial hizo que nuestros distribuidores internacionales, principalmente de Latinoamérica, congelaran pagos prácticamente hasta ahora, cuando históricamente la facturación en el continente siempre ayudaba mucho en momentos difíciles de venta en España”, continúa Moreno.
“Además, justo coincidió con el periodo temporal de las ferias del libro que recorren todo el país y que suponen unos ingresos anuales extras que son fundamentales para editoriales de nuestro tamaño. Parece que en el otoño se está recuperando algo la venta de libros, pero aún así el balance como te puedes imaginar económicamente ha supuesto un desajuste muy importante, casi crítico”, añade el editor.
Respecto a su calendario, el editor jefe de Capitán Swing coincide: “Decidimos paralizar gran parte de nuestro catálogo, pero no tanto reducir el número de lanzamientos como hacer una labor de reemplazo por otros libros, algunos ya planificados y otros no”.
Y lo explica diciendo: “No le veíamos ningún sentido a continuar con la planificación editorial que teníamos prevista y preferimos focalizar las novedades de la reapertura en libros que de alguna manera pudieran ayuda a comprender mejor la situación o que estuvieran directamente relacionados con lo que estaba sucediendo”.
Por ejemplo, en ‘Un paraíso en el infierno’ Receba Solnit habla de las extraordinarias comunidades que han surgido en diferentes lugares del mundo tras algunos desastres, y en ‘Grandes granjas, grandes gripes’ Rob Wallace explora las enfermedades infecciosas surgidas en agroambientes especializados.
“El interés que ya había antes de la pandemia por entender el mundo es ahora mayor que nunca; el ensayo es el género preferido por los lectores para entender qué nos está ocurriendo. Creemos que la apuesta ha funcionado aunque esto ha provocado un gran tapón en nuestro calendario de publicaciones que iremos solventando de la mejor manera”, remata Moreno.
Nuevas oportunidades en el entorno digital y los audiolibros
Frente a las enormes pérdidas de la época más dura de la pandemia y de cara a la segunda ola, algunos escritores han encontrado oportunidades en el mundo digital, ya sea adaptando sus cursos y conferencias a través de Zoom, como ha hecho Daniel Tubau, o lanzando directamente sus nuevas obras únicamente en formato audiolibro en el caso de Javier Ruescas.
Empezando por Daniel Tubau (Barcelona, 1962), autor de ensayos tan diversos como ‘Maldita Helena’ (Editorial Ménades, 2019) sobre la Grecia Clásica, ‘El arte del engaño’ (Ariel, 2018) sobre los libros de la estrategia china y en particular ‘El arte de la guerra’ de Sunzi o ‘No tan elemental’ (Ariel, 2015), centrado en Sherlock Holmes, explica su situación.
“Yo diría que el trabajo como escritor, es decir, los beneficios totales de libros, me cubren dos meses del año como mucho. Así que me gano la vida como profesor y guionista. Y la verdad es que ahora estoy dando muchas más clases que antes porque mi trabajo online como profesor de cine ha aumentado un montón. Y me ha surgido la oportunidad de escribir un documental”, cuenta el escritor.
En lo que respecta a los lanzamientos, Tubau está comenzando a promocionar ‘Cómo triunfar en cualquier discusión’ (Ariel, 2020), cuya publicación fue pospuesta en marzo. “Todo el plan de lanzamiento se tuvo que parar. Lo mismo me ha ocurrido con dos libros que edité de Carlos García Gual y Joaquín Fuster. Y se ha retrasado una conferencia que tenía en Vigo en abril o la Semana Negra de Gijón, a la que iba a asistir”, señala el escritor.
A cambio, “he empezado a ponerme muy en marcha con el mundo digital, que lo tenía pendiente desde hace años, de manera que estoy adaptando y repensando mis cursos. Y estoy trabajando en la campaña de promoción del libro a través de redes sociales, haciendo vídeos y otros contenidos”.
También ha logrado adaptar las presentaciones presenciales, que celebró los sábados 28 de noviembre y 5 de diciembre en la Biblioteca Juan de Vargas de Madrid, que tiene un patio al aire libre. “La verdad es que las dos citas se llenaron enseguida, así que la gente tiene ganas de cultura segura”, señala.
Ojo porque todo esto lo ha hecho Tubau habiendo pasado él mismo el coronavirus. “Lo tuve hace unos dos meses y estuve 15 días enfermo. Yo soy grupo de riesgo porque tenía neumonía, pero por fortuna no lo pasé muy mal y apenas tengo secuelas”, cuenta el escritor.
“Curiosamente, en todos estos meses del coronavirus pensaba que iba a aprovechar para escribir, pero he tenido más trabajo externo y menos tiempo. Aun estando todo el día metido en casa, no he tenido tiempo para concentrarme en los libros”, confiesa mientras adelanta que sus próximos proyectos versarán sobre la creatividad, la filosofía política, la obsesión por la identidad o el escepticismo.
Javier Ruescas (Madrid, 1987), por su parte, se ha lanzado de cabeza al formato audiolibro de la mano de Audible. El prolífico escritor de literatura juvenil y ‘booktuber’ acaba de publicar ‘En Delos no puedes morir’, una novela disponible únicamente en formato audiolibro, que, por cierto, también ha narrado. “Este audiolibro a mí me ha salvado en muchos sentidos. Para empezar, a nivel económico porque es un dinero que a mí me tranquilizaba”, cuenta el escritor.
“Sinceramente, el coronavirus me golpeó un par de meses después de que nos tuviésemos que encerrar y fue el día de Sant Jordi, cuando de repente vi que no estaba en Barcelona firmando libros como en los últimos 10 años” cuenta Ruescas. “En mi caso hace tiempo que no me dedico solo a escribir, digamos que es el 70% de mis ingresos, y lo demás proviene de Youtube o campañas publicitarias que me dan otras oportunidades”, añade.
Volviendo a la gestación y producción de ‘En Delos no puedes morir’ el escritor cuenta: “Me reuní con Audible a finales de 2019, yo les propuse la idea y cuando estuvo listo el libro pasó por la edición. Grabamos durante dos semanas en un estudio en Madrid después de verano y recibí el audiolibro terminado una semana y media después”.
“Entonces me costaba entender los plazos porque no necesita tanto proceso de producción como un libro en papel. Con el audiolibro podíamos trabajar con una semana de margen y en papel necesitas meses”, añade.
En cambio, Ruescas reconoce que ‘Los cinco continentes del amor’, una novela coescrita junto a Francesc Miralles y publicada el 15 de octubre de 2020 por Nube de tinta, “ha sido una víctima absoluta de la cuarentena”. En sus palabras: “Es una pena porque también iba a salir en Latinoamérica, donde la situación también es muy difícil. Ha salido en algún país, pero ha sido un caos absoluto”, cuenta.
“Tendría que haber salido en marzo y una semana antes de que nos confinaran se detuvo el lanzamiento. Volver a poner en marcha esa cadena: marketing, edición, comerciales, libreros, lectores, es muy complicado. Muchos lectores tienen la sensación de que ya lo han leído o que es viejo porque comenzamos con la campaña en enero. Y ahora competimos con las novedades que estaban programadas desde el principio para octubre”, explica Ruescas.
Qué ayudas han recibido los escritores y qué más se puede hacer
Respecto a las diferentes ayudas destinadas a los escritores, Rico explica que “el apoyo por parte del gobierno a los autores que solo vivían de la actividad literaria se ha encauzado a través de la ayuda de los autónomos, incluyendo al conjunto de los escritores y traductores entre los trabajadores por cuenta propia que podían percibir la compensación por pérdidas”.
“Luego hay una iniciativa que me gustaría destacar y que asumió CEDRO”, el Centro Español de Derechos Reprográficos que reúne en una asociación sin ánimo de lucro a los autores y editores de libros, revistas, periódicos y partituras.
“Lanzó un fondo especial covid de 500.000 euros para ayudar a los autores y editores con mayores necesidades a sobrellevar esta situación: personas con una pensión limitada o en activo con pérdidas muy sustanciales”, cuenta Rico. Además, la Junta Directiva decidió el adelanto del reparto de derechos de este año, alrededor de 14 millones de euros.
“Hay otro factor que indirectamente ha beneficiado a los autores que son los cuatro millones de euros que el Ministerio de Cultura ha inyectado en las librerías independientes. Aparte de los créditos”, añade Rico, que pasa a enumerar las principales peticiones de ACE: actividades digitales remuneradas, ayudas a la creación, impulso a las librerías -que por cierto, han lanzado una potente ofensiva contra Amazon con la web Todostuslibros.com– y los editores, y compra de libros desde las bibliotecas.
“Nos parece básico que todas las administraciones se comprometan a realizar las misma actividades que se hacían habitualmente de manera digital, retribuyendo a los autores en los precios y las tarifas que percibían habitualmente”, afirma Rico.
“También es fundamental que se pongan en marcha las ayudas a la creación literaria, que este año no ha habido. Como no había presupuestos, nos dijeron que no podían convocarlas. Pero hemos planteado y exigido el compromiso de que al menos se dupliquen los presupuestos”, continúa diciendo el escritor.
“Hemos pedido que se mejoren las ayudas a la edición de libros porque si los editores se benefician los autores también. Y es necesario dedicar una partida especial de compra de libros y ebooks para las bibliotecas públicas”, concluye Rico.
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La noticia
El gran reto de ser escritor y vender libros sin poder hacer presentaciones: el parón de la pandemia también afecta a los autores españoles
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Fátima Elidrissi
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