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De Apple, widgets y el eterno debate entre libertad y control

De Apple, widgets y el eterno debate entre libertad y control

Ha llegado iOS 14 y con él, los widgets. La capacidad de usar estos elementos visuales en el escritorio del iPhone o el iPad ha creado una tendencia casi inevitable: la de hacer que los usuarios de estos dispositivos personalicen su escritorio de formas que Apple nunca ha querido facilitar.

Esa opción ha generado un debate que va más allá del “estáis destrozando iOS con esas personalizaciones”: Apple siempre ha sido partidaria del control, la seguridad y la consistencia, pero el impacto de pequeñas aplicaciones como Widgetsmith o Shortcuts ha demostrado que hay usuarios de iOS que quieren más opciones y libertad para hacer que iOS tenga el aspecto que ellos quieren (nos parezca más o menos acertado), y no el que Apple quiere. ¿Quién se equivoca y quién tiene razón?


Personalizar el escritorio como expresión de la libertad

En Android lo de personalizar el escritorio es una de las muchas opciones con las que la plataforma de Google, para bien o para mal, cede el control al usuario. Existen aplicaciones diversas que nos permiten transformar la experiencia visual en una muy distinta y que afecta a los iconos, los widgets, los lanzadores o cualquier otro elemento visual y funcional de esos escritorios.

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En iOS las cosas siempre han estado mucho más encorsetadas, y solo la llegada de iOS 14 ofrece algo más de capacidad de personalización. La posibilidad de crear nuevos widgets ha sido aprovechada por pequeñas utilidades como WidgetSmith.

De repente los usuarios la han utilizado para cosas que Apple probablemente no ve con buenos ojos, sobre todo porque la empresa de Cupertino siempre ha mantenido un férreo control no ya sobre cómo se hacen las cosas en sus plataformas, sino además en cómo se tienen que diseñar y ver las cosas en todas ellas.

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Lo demuestra por ejemplo la documentación de sus Human Interface Guidelines. Allí Apple deja claro que la idea es la de centrarse en widgets interactivos que muestren información de forma dinámica, y de hecho desaconseja por ejemplo “crear un widget que lo único que hace es lanzar tu aplicación”.

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Eso no ha parecido ser tan relevante para muchos usuarios: gracias a WidgetSmith lo que han creado son widgets estáticos en los presentan simplemente una imagen o algún tipo de mensaje.

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Algo parecido ha ocurrido con los iconos de las aplicaciones, que Apple no deja cambiar por las buenas pero que sí se pueden personalizar de una forma algo engorrosa a través de la aplicación de Shortcuts integrada de serie en iOS 14.

¿Libertad y más opciones, o control y consistencia? Tú eliges (o quizás no)

Ambas opciones han creado la tormenta perfecta para Apple en el ámbito de la personalización, y eso ha reactivado ese eterno debate sobre la filosofía de una empresa que siempre ha luchado por el control y la consistencia frente a la libertad y las opciones que plantean otras plataformas.

Lo hacen por ejemplo Android en el móvil o Windows 10 y -sobre todo- Linux en el escritorio, pero hasta macOS ha abierto las puertas a esa mayor personalización del escritorio de sus equipos de sobremesa que de momento Apple parece no querer ofrecer oficialmente en iOS.

Lo cierto es que las posiciones llevan tiempo estando muy definidas y claras. A Apple le encanta controlarlo todo y que los usuarios solo puedan hacer las cosas que ellos dejan y como ellos les dejan.

La falta de personalización es una de las cosas a los que no dan acceso, pero antes lo fueron otras cosas como no poder elegir qué navegador o cliente de correo queríamos usar por defecto en iOS, algo que (por fin podemos) hacer tras la llegada de la última versión de esta plataforma móvil.

La lista de cosas que no se podían hacer en iOS y que finalmente Apple ha ido concediendo es interesante, y muestra cierta inclinación a acabar cediendo en ciertos apartados específicos tras la presión de los usuarios, la industria o (claro está) los organismos reguladores.

Lo cierto es que eso les da igual a la mayoría de usuarios de iOS, que eligen esta plataforma precisamente porque les gusta esa consistencia y esa seguridad que perciben que Apple proporciona en iOS: menos apertura supone menos riesgos de que alguien haga algo malo con tu plataforma, y quienes eligen un iPhone o un iPad lo hacen en parte por eso. Sacrifican cierta libertad para ganar en otras cosas.

Para otros, claro, el sacrificio es exagerado. ¿Por qué Apple no puede abrirse un poco a otras opciones y dejar que seamos un poco más dueños de aquello que compramos? ¿Por qué no puedo poner los iconos que me gustaría en mi iPhone y dejarlo tan hortera (o alucinante) como a mí me dé la gana?

Apple parece tenerlo claro: queremos una experiencia visual consistente y reconocible, y eso implica que no te vamos a dejar que personalices el escritorio de iOS (fácilmente). Si quieres esa libertad, tienes otras plataformas para hacerlo.

Para algunos analistas la cuestión al menos en el ámbito de la personalización es sencilla. Da igual que los usuarios diseñen escritorios horrendos o que hagan cosas estupendas: lo importante es la capacidad de poder hacerlo. Lo que piden muchos de esos usuarios —y la personalización, recordémoslo, es un nicho reducido— es libertad de expresión.

Que Apple no la ofrezca es un problema para algunos de ellos, y nos preguntamos si estos métodos no oficiales de personalización acabarán siendo perseguidos por una empresa que siempre ha tenido claro cómo debe proteger su legado.

La otra cara de la personalización: también puede ser un negocio

Un diseñador apodado Traf se descargó iOS 14 en su iPhone en cuanto estuvo disponible. Al descubrir esas nuevas opciones de personalización decidió crear una serie de iconos con los que darle a su escritorio móvil el aspecto que él quería. Tras dos horas compartió el resultado de su trabajo en Twitter y se dio cuenta de que aquello tenía tirón.

¿Qué hizo? Crear un conjunto de iconos preparados para ser descargados y usados fácilmente, subirlos a una tienda online y avisar en sus redes: si les había gustado el aspecto de su iPhone, igual querrían comprar su pack de iconos. Solo costaba 28 dólares.

Un día después, Traf se ha encontrado con que 330 personas han comprado ese pack. Ya ha ganado más de 9.000 dólares y ha demostrado que la personalización se puede convertir en un negocio de lo más jugoso.

Apple no tiene una sección así en la App Store, pero como decía nuestro compañero Antonio Sabán, Apple podría ofrecer una vía interesante para que tanto diseñadores como usuarios disfrutaran de ese ecosistema de iconos y que además incrementara sus beneficios en la App Store.

Es un modelo que por ejemplo ha triunfado en otras plataformas —Android incluida, desde luego— y que ha generado negocios paralelos espectaculares como el que por ejemplo rodea a WordPress: tiendas como la de ThemeForest, de Envato, funcionan de forma excepcional como punto de encuentro (y fuente de ingresos) para diseñadores y usuarios de esta plataforma de blogs.

La personalización es un negocio también en otros ámbitos muy claros —las esferas de nuestros relojes inteligentes lo demuestran—, pero Apple parece no querer abrir esa opción. ¿Se equivoca? Para muchos de los que ahora están aprovechando esta oportunidad para personalizar el aspecto de su móvil, desde luego que sí.


La noticia

De Apple, widgets y el eterno debate entre libertad y control

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Pastor

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