Aunque HarmonyOS se vista de seda, Android se queda: los análisis revelan que el plan B de Huawei es un fork reetiquetado
Lo dijeron en XDA hace meses y lo repitieron en Ars Technica esta semana: el sistema operativo de Huawei, HarmonyOS, no es más que otro fork de Android. En él el fabricante chino básicamente ha cogido la base del proyecto AOSP y ha colocado su capa de personalización EMUI sobre él.
El descubrimiento no es demasiado sorprendente: crear un sistema operativo de cero es una tarea titánica, máxime cuando el objetivo es lograr competir con plataformas totalmente maduras como Android o iOS. ¿Cuál ha sido la solución de Huawei? Según estos análisis, coger la parte Open Source de la plataforma Android (denominado AOSP) y disfrazarla de plataforma propia con EMUI.
Esto no parece ser más que otro fork de Android
Se suponía que HarmonyOS iba a ser un sistema operativo independiente y distinto a lo que ya existía en el mercado con Android e iOS. Lo vimos funcionar inicialmente en algunos televisores como los Honor Vision TV y se prometía su aparición en todo tipo de dispositivos IoT y hasta en coches, algo que desde luego parecía todo un reto.
Lo cierto es que los análisis previos de XDA ya mostraban que HarmonyOS parecía estar basado en AOSP (Android Open Source Project), pero un nuevo análisis de Ars Technica confirma aún más este dato.
Ese análisis ya planteaba una primera sorpresa al hablarnos de cómo lograr acceso a las versiones preliminares de HarmonyOS. Para conseguirlo es necesario enviar algunos datos personales, entre los cuales se incluye una foto de tu pasaporte para una “verificación de la identidad”. El autor confiesa haber enviado esos datos con mucho recelo y esperando que “Beijing no tenga ‘un fichero’ mío ahora”.
Gracias a ese paso pudo acceder no al sistema para instarlarlo en un dispositivo, sino a un emulador que responde a nuestras acciones como si se tratase de un videojuego en streaming por Stadia. Desde el primer momento la impresión era la de estar ante un fork de Android, un sistema operativo derivado en el que se habían aprovechado los componentes Open Source de AOSP que cualquiera puede aprovechar (mientras respete los términos de licencia) para crear su propia versión de esta plataforma.
En el caso de HarmonyOS, había muchas pistas de que esto no era más que eso. Varias aplicaciones internas seguían conservando sus nombres originales (como “Android Services Library” o “Android Shared Library”, y en otras partes simplemente se ha realizado un “reetiquetado” del sistema operativo para eliminar en la medida de lo posible esas referencias a Android.
HarmonyOS es básicamente una versión derivada de Android 10 y que, eso sí, tiene como capa de personalización el mismo EMUI que vemos en los terminales del fabricante. La mayor diferencia con respecto a un Android convencional está en algo que ya habíamos visto en sus últimos terminales: no hay servicios ni aplicaciones de Google, y en lugar de eso tenemos su tienda de aplicaciones (App Gallery), por ejemplo, pero como destacaba este analista, “tras horas de trastear con HarmonyOS, no podría señalar ni un solo cambio sustancial respecto a Android”.
Si todo sigue igual, estamos ante un sistema operativo que no es muy distinto a las propuestas de otros forks como LineageOS —el más popular de los forks comunitarios— o el mismísimo FireOS de Amazon, que hace básicamente lo mismo que HarmonyOS desde hace años pero sin querer esconder sus orígenes.
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Aunque HarmonyOS se vista de seda, Android se queda: los análisis revelan que el plan B de Huawei es un fork reetiquetado
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Xataka
por
Javier Pastor
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