Aliens, “alérgicos al WiFi” y otras historias que rodean al telescopio dirigible más grande del mundo
En el condado de Pocahontas (Virginia, EE.UU.) hay una región con historias varias y un observatorio de récord. Se trata del Telescopio Robert C. Byrd de Green Bank (o Green Bank Telescope, GBT), el cual es el radiotelescopio dirigible más grande del mundo y que puede controlar gran parte de la esfera celeste.
Recibe también el nombre de Green Bank Telescope al estar ubicado en dicha ciudad, aunque se le bautizó con el nombre del senador Robert C. Byrd que impulsó la financiación del mismo. Está operado por el Green Bank Observatory desde 2016, pero el pueblo fue noticia algo antes porque por la actividad de este gran telescopio sus ciudadanos no tienen ni wifi ni pueden usar móviles, con lo cual es un Edén para los “alérgicos a las radiaciones”.
Un observatorio gigante para una gran variedad de propósitos
Con el permiso del Telescopio Extremadamente Grande, cuya construcción en Chile ya se inició pero finalizaría en principio en 2024, el GBT se lleva de momento ese récord que comentábamos al inicio de ser el telescopio totalmente dirigible más grande del mundo. Su presencia impone en ese emplazamiento norteamericano, emergiendo en una llanura y con un peso total de unas 7.710 toneladas.
De hecho, sus números son igualmente impresionantes. Mide unos 148 metros de altura y tiene un diámetro de unos 91,5 metros, con una superficie de recolección de 100 metros de diámetro y un área total de algo menos de 9.500 m².
Su superficie tiene un alto grado de precisión que da una sensibilidad de hasta un nivel de ruido de 260 micrones (más o menos cinco pelos humanos), teniendo un rango de operación de 0,1 a 116 GHz (longitudes de onda de 2,6 milímetros a 3 metros). Con esto y al ser completamente orientable, el GBT puede rastrear el 85 % de la esfera celestial.
Opera días completos casi todo el año, concretamente 362 días, sumando unas 6.500 horas de observaciones astronómicas al año, y cada año más de 600 científicos y estudiantes requieren sus servicios, sirviendo también para programas de formación de estudiantes y profesores. Al tener usos tan variados, se preparó para que tuviese una programación dinámica y adaptable según el proyecto, pudiéndose reconfigurar de manera sencilla a nivel de hardware.
Así, hay multitud de programas e investigaciones que se nutren de lo que recoge este observatorio. Siendo un radiotelescopio, sus datos se pueden combinar con los de otros para intentar descifrar misterios espaciales como el de las manchas en la superficie de Titán (un satélite de Saturno), siendo éstas lagos secos.
Incluso sobre inteligencia extraterrestre. Sí, tal cual, ya que en 2016 el multimillonario programa Breakthrough Listen, centrado en encontrar evidencias de civilizaciones extraterrestres, compró una gran cantidad de esas horas de observación en el GBT, para que ese escaneo de radiaciones también buscase si la verdad está ahí fuera o no.
En relación a esto, una de las visitas que puede (o podía, en la era pre-COVID) hacerse es el tour del SETI. Un tour que hicieron en WIRED en el que se ven tanto telescopios antiguos como las instalaciones del GBT y en el que Sherry McCarty, directora del centro de visitantes, al parecer solía tener que responder a la pregunta de si estamos o no solos: “Suelo decir que hay al menos un ejemplo de formación de vida: nosotros”.
El paraíso de los hipersensibles a las ondas electromagnéticas
Y hablando de “misterios”, está el de la hipersensibilidad electromagnética (EHS), una “enfermedad” teórica porque no se ha demostrado que exista (aunque el debate siga). ¿Qué tiene que ver el GBT con esto? Que Green Bank se empezó a poner de moda como “refugio anti-ondas” al ser un pueblo sin conexión por “castigo”.
Como ya hemos comentado antes, en el área de este municipio está prohibido usar el móvil o la conectividad wifi. Esto es debido a que es donde se ubica la “National Radio Quiet Zone”, un área en la que no se permiten transmisiones inalámbricas no controladas dado que los instrumentos del GBT recogen la radiación electromagnética de los cuerpos celestes, y cualquier otra fuente es literalmente contaminación para estas muestras.
Lo que sí pueden usar los habitantes del pueblo son teléfonos fijos y conexiones a internet por cable. Unas medidas, junto a las sanciones si se incumplen, que como ya explicamos al hablar de Green Bank como destino de elección para los que dicen sufrir EHS, provocaron un aumento de la migración a este pueblo, cuyo censo de 143 habitantes empezó a crecer.
De hecho, ha acabado siendo un recurso económico no sólo por lo que se invierte en usarlo, sino a nivel de turismo. Algo que fue uno de los argumentos para que no acabase cerrándose cuando escaseó el presupuesto, además del descontento científico.
Curiosa la historia que rodea a este telescopio que de momento sigue activo. Curioso también algunos de sus usos, aunque ya nos contará el SETI si finalmente localizan algo alienígena con él.
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La noticia
Aliens, “alérgicos al WiFi” y otras historias que rodean al telescopio dirigible más grande del mundo
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Xataka
por
Anna Martí
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