Samsung Galaxy Note 20 Ultra, análisis: un candidato a mejor móvil del año con el S Pen como broche de oro
Samsung se mantiene como tótem del mercado móvil (y otros tantos) y no nos ha dejado sin su segundo Unpacked del año, bien cargado y con dos (quizás tres) de sus buques insignia. Todos ellos con un claro capitán que hereda el apellido grandilocuente de moda y que hemos podido destripar en el análisis del Samsung Galaxy Note 20 Ultra, junto a su fiel escudero el S Pen.
Un móvil cuya genética aún mantiene los cada vez menos rasgos propios de esta familia y que así logra recordar bastante a su predecesor el Samsung Galaxy Note 10+, pero hay algunos cambios en la experiencia y en el diseño que veremos a lo largo de este artículo. ¿Es un móvil, como nos prometieron, preparado hasta los topes para la productividad y el juego? Os contamos si nos convence o no en éstos y en el resto de ámbitos de uso.
Ficha técnica del Samsung Galaxy 20 Ultra
Samsung Galaxy Note 20 Ultra |
|
---|---|
Pantalla |
Dynamic AMOLED 6,9” |
Procesador |
Exynos 990 |
RAM |
12 GB RAM LPDDR5 |
Almacenamiento |
256/512 GB (con MicroSD) |
Cámara frontal |
10 MP (1/3,24”, 1,22 µm), AF, f/2.2 |
Cámaras traseras |
Cuatro cámaras: |
Conectividad |
5G (NSA y SA), Sub6 / mmWave |
Batería |
4.500 mAh 25W |
Biometría |
Lector de huellas dactilares ultrasónico y procesador de seguridad |
Software |
Android 10 + One UI |
Dimensiones y peso |
77,2 x 164,8 x 8,1 mm |
Otros |
Altavoces estéreo con decodificación Dolby Atmos, IP68, S Pen |
Precio |
Desde 1.309 euros |
Samsung Galaxy Note20 Ultra 5G Smartphone Android Libre de 6.9″ 256GB Mystic Black [Versión española]
Diseño: la rosácea intersección entre los ángulos rectos, las curvas y un gran módulo trasero
Las curvas, el agujero en pantalla, los módulos exagerados… Parece que en lo que se refiere a estética los Galaxy S proponen y los Note disponen, aunque de momento el modelo del stylus de Samsung sigue manteniendo ciertas señas de identidad. Hablamos por ejemplo de unas esquinas en ángulo recto en su eje vertical, con unos bordes superior e inferior que se cierran como si fuesen dos tapas y que dejan así un perfil más angulado y distinto al de la serie Galaxy S.
Aunque esto no significa que no haya curvas, sino todo lo contrario. Hablando del eje horizontal el Note 20 Ultra dibuja una semiesfera perfecta a cada lado, como si esas “tapas” de los bordes superior e inferior guiasen a la pantalla y la trasera para que se encuentren en el fino marco de aluminio. Una discreta y a la vez elegante solución de continuidad que también sirve para alojar los botones laterales.
Hablando de los botones, es uno de los aspectos en los que hay un cambio, aunque se trata de una variación que ya se vio con la evolución de los Samsung Galaxy S10 a los Samsung Galaxy S20: los botones físicos pasan del lado izquierdo al derecho, con lo que el S Pen se inserta ahora en el lado izquierdo y no en el derecho. Algo que no se va a notar en la experiencia si tenemos un Note previo más allá de acostumbrarnos.
Algo que también destaca (y que muchos agradecemos) es que la trasera es mate. Un acabado que recuerda al del iPhone 11 Pro o el del Huawei P40 Pro y que como en el primero (no como en el segundo) no resbala, además de que resiste bastante bien a las huellas dactilares y la suciedad en general (sin milagros).
La trasera, a diferencia del Note 20 base, es de cristal. Los marcos son metálicos y contrastan con el mate de la parte trasera al tener un acabado cromado, y en nuestro caso hemos probado el modelo de color rosa o Mystic Bronze, que resulta bastante atractivo aunque no nos gusten especialmente los tonos más llamativos. Es bastante más discreto que el tono que vimos el año pasado en los Note 10, de hecho, y han conseguido un juego bastante curioso con la luz de modo que según cuál sea la ambiental veremos un tono más bronce o más rosado.
Con móviles acomodados en los 8 y 9 milímetros en general, el nuevo Note 20 Ultra no es estrictamente delgado, pero esta curvatura que describíamos antes ayuda a que la sensación de grosor desaparezca aunque se llegue a los 8 mm. Es cómodo y algo pesado, pero en este sentido la media de nuevo le salva porque no pesa mucho más que otros móviles no compactos y no llega a los más de 220 gramos del S20 Ultra, el P40 Pro+ o móviles de gaming como el Black Shark 3 Pro.
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Samsung Galaxy Note 20 Ultra | 164,8 | 77,2 | 8,1 | 208 | 6,9 | 4.500 | 127,22 | 103,05 |
Samsung Galaxy S20 Ultra | 166,9 | 76 | 8,8 | 220 | 6,9 | 5.000 | 126,84 | 111,62 |
Sony Xperia 1 II | 165,1 | 71,1 | 7,6 | 181,4 | 6,5 | 4.000 | 117,39 | 89,21 |
Huawei P40 Pro+ | 158,2 | 72,6 | 9 | 226 | 6,58 | 4.200 | 114,85 | 103,37 |
Xiaomi Mi 10 Pro | 162,5 | 74,8 | 9 | 208 | 6,67 | 4.500 | 121,55 | 109,39 |
LG Velvet 5G | 167,08 | 74 | 7,85 | 180 | 6,8 | 4.300 | 123,58 | 97,0103 |
Motorola Edge | 161,4 | 71,1 | 9,29 | 188 | 6,7 | 4.500 | 114,75 | 106,60 |
Black Shark 3 Pro | 177,79 | 83,29 | 10,1 | 253 | 7,1 | 5.000 | 148,11 | 149,59 |
Nubia Red Magic 5G | 168,6 | 78 | 9,8 | 218 | 6,65 | 4.500 | 131,51 | 128,88 |
OnePlus 8 Pro | 165,3 | 74,35 | 8,5 | 199 | 6,78 | 4.510 | 122,9 | 104,47 |
iPhone 11 Pro Max | 158 | 77,8 | 8,1 | 226 | 6,5 | 3.969 | 122,92 | 99,57 |
Vemos que el Note 20 Ultra pesa lo mismo que el Xiaomi Mi 10 Pro con pantalla de mayor diagonal, menor volumen y una batería de la misma capacidad, pero como buen Ultra queda por encima de propuestas más compactas como el Sony Xperia 1 II.
Quizás una de las preguntas claves en cuanto al diseño y la construcción sea también si ese gran módulo trasero crea el “efecto mecedora” cuando lo usamos estando apoyado en la mesa, y la respuesta es claramente afirmativa. Cabe decir que no se entrega una funda con el móvil, cuando hoy en día lo vemos en muchos móviles de gama media como algo habitual, y que este balanceo ya ocurría con el módulo del S20 Ultra (que sobresale algo menos).
Hablando de las otras superficies, pese al grosor del móvil no vemos minijack de audio siguiendo así la estela de sus predecesores. El lado izquierdo queda libre de botones y cualquier otro elemento y la bandeja para las SIM/microSD queda en el borde superior, sin estar alineada en la horizontal. En la base queda el USB tipo C, éste sí alineado como el altavoz y el micrófono, y la entrada del S Pen, el cual apenas sobresale cuando está insertado.
El frontal recuerda bastante a los Note 10 por ese agujero en el medio de la pantalla para la cámara y unos marcos bastante reducido para un panel nuevamente curvado. Ahora hablaremos en profundidad del mismo, pero por precedentes y como cabe pensar se consigue bastante la sensación de “todo pantalla”.
Pantalla: la buena idea de una frecuencia adaptable choca con la elección entre resolución y refresco máximo
Hablando de todo lo que se presentó en el Unpacked, nos pareció que sobre el papel la evolución de las pantallas en los Galaxy Note de un año a otro había sido pírrica en el caso de los Note 20. De hecho, en términos de densidad y resolución casi no puede hablarse de evolución al encontrarnos el casi el mismo valor en la resolución del Note 20 Ultra y una densidad algo menor (al crecer la diagonal).
Se trata de un panel de 6,9 pulgadas Dynamic AMOLED con resolución de 3.088 x 1.440 píxeles y una densidad de 496 píxeles. Son valores que sobre el papel quedan por encima de muchos otros paneles incluso de la gama alta, por lo que en el caso del Note 20 Ultra la “no evolución” no es algo negativo per se. Aunque no deja de ser llamativo que el Note 20 raso mantenga el FullHD+ y los 60 hercios de tasa de refresco.
Hablando de este aspecto, en los anteriores Galaxy S vimos que se alcanzaban los 120 Hz y es algo que también vemos en este Note 20 Ultra, manteniendo esa dicotomía de tener que elegir la mayor resolución (WQHD+) o la mayor tasa de refresco. Aunque en este Mote 20 Ultra no es exactamente así: tendremos que elegir entre la pantalla a 60 Hz y WQHD+ o la tasa de refresco variable y FullHD+.
Un ajuste nuevo que explicaba la marca a posteriori, detallando que según lo que se ejecute la tasa de refesco se ajusta automáticamente para frenar el gasto energético, prometiendo hasta un 22% más de energía que sus paneles previos. Es decir, los 120 Hz se mantendrán para los videojuegos pero el refresco disminuirá cuando haya una imagen estática durante un largo periodo de tiempo (quedando en 10 Hz en este caso), con frecuencias que quedan en 10 Hz, 30 Hz, 60 Hz, 90 Hz y 120 Hz.
Posteriormente hablaremos de la autonomía y de si hay variabilidad entre una configuración y otra, pero en lo referente a la experiencia es una lástima tener que renunciar a cierta resolución por optar a una tasa de refresco que ya viene de serie en móviles de gama media como el recién presentado Xiaomi Redmi K30 Ultra. Las altas tasas de refresco normalmente dan un plus de fluidez que sobre todo se nota en scrolls y la apertura y cierre de apps como es este caso, y es algo que no le viene mal a One UI, la capa de personalización de software de Samsung de la que después hablaremos en detalle,
Así, notaremos más el cambio del ajuste de frecuencia adaptable a 60 Hz estancos más tras unos días con el primero. Quizás lo suyo sería que hubiese alguna manera de dejar elegir al usuario la resolución por una parte y la tasa de refresco (en su valor más alto) por otra como vemos en otros software, aunque cabe decir que la tasa de refresco adaptable es algo muy útil para el usuario que no quiera calentarse la cabeza con esto y que en general da buen resultado, sin que se noten demasiado esos puntos en los que se usan tasas de refresco tan bajas.
Dejando esto a un lado, las sensaciones con la pantalla del Note 20 Ultra a nivel de nitidez y contraste son muy buenas. La visualización de cualquier contenido es adecuada y no se echa en falta detalle en ninguna de las resoluciones.
El brillo máximo es más que suficiente para que la pantalla se vea bien con pleno sol. Además, el ajuste de brillo automático es acertado y compensa bien al pasar de un ambiente oscuro a uno iluminado y viceversa.
El panel viene con el modo de pantalla Intenso activado, con lo cual nos encontramos colores demasiado saturados. Pero es el único modo que permite ajustar el balance de blancos, una pena porque el ajuste Natural queda demasiado cálido y no vendría nada mal poder hacerlo, si bien en One UI sigue habiendo un ajuste poco gradual y sólo podremos elegir cinco puntos de temperatura.
Pese a esto, es una capa que nutre bastante bien el apartado de ajustes de pantalla y vemos que seguimos pudiendo configurar el tamaño de la fuente y el zoom de la pantalla entre otros aspectos, así mantener o no activada la iluminación Edge. También vemos que el fabricante sigue estoico apostando por la función de Pantalla Edge, que sigue siendo una pestaña de accesos rápidos aunque ahora incorpora una parte de apps recientes (las dos primeras) y una vista ampliada con todas las apps o bien sólo las que soportan multiventana.
Se conserva además la iluminación Edge, que busca dar también algo más de sentido a la curvatura del panel. Aunque, eso sí, han añadido más opciones de personalización.
El modo oscuro ofrece la posibilidad de que tanto interfaces de sistema como de las apps compatibles tiñan su fondo de negro gris oscuro para descansar un poco la vista. En este caso puede programarse y activar opciones como el filtro de luz azul.
Aquí también vemos las opciones de navegación, con lo que podemos aprovechar un poco mejor la pantalla y que la barra de gestos deje más sitio al contenido que la tradicional botonera. Funcionan bastante bien y son intuitivos, aunque podría prescindirse de esta barra.
Veremos aquí también opciones para configurar la pantalla de inicio, con lo cual podemos aprovechar algo más el espacio de la misma tanto si optamos por cajón de apps o no. Es donde podremos activar el giro automático al modo horizontal y algunos aspectos en relación a la interacción y visualización de notificaciones.
La pantalla Always On (o pantalla ambiente) también permanece entre las opciones de configuración, aunque tendremos que ir a los ajustes de pantalla de bloqueo. En ellos también encontraremos la opción de activar los FaceWidgets, que junto con Always On se mantienen en cuanto a funciones y opciones tal y como ya vimos previamente.
Más allá del software podemos hablar del aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla y de las curvas. Según GSMArena, el porcentaje del frontal ocupado por pantalla es del 91,7%, lo cual es una cifra muy alta que se consigue por esta curvatura y por optar por una cámara insertada en la pantalla.
Hablando de esto último, la inserción de las cámaras frontales con agujero está siendo un verdadero golpe en la mesa en el caso de este fabricante. La lente es pequeña pero con ello se apura la barra de tareas con unos 4,3 milímetros, aún menos que en el Samsung Galaxy S20 Ultra y por debajo de los 6,75 milímetros del OnePlus 8 Pro, es casi el doble de lo que mide la barra en un Huawei P40 Pro.
No hay tampoco interferencia en ninguna interfaz de la cámara con el contenido, ni en juegos ni en otras apps habituales como las de redes sociales. Y hablando de la curvatura, aunque es bastante exagerada no hemos tenido toques accidentales en ningún caso, tampoco en el uso de la app de cámara o con el teclado.
Sí se ven esas sombras en los bordes que estéticamente no resultan demasiado adecuadas, notándose bastante más con fondos claros. No es algo que afecte mucho a la experiencia, pero en cierto modo es que el marco que Samsung ha logrado ahorrarse al final aparezca en cierto modo.
Rendimiento: potencia bruta con calor “de verano”
La versión global del Samsung Galaxy Note 20 Ultra viene con procesador de la casa, dando algo más de vida el Exynos 990 que estrenaron los Galaxy S20 y que de momento es el único chip para la gama alta de este año de la marca. Viene acompañado de 12 GB de RAM LPDDR5 en el modelo que hemos probado, con 512 GB de almacenamiento con opción a microSD.
Como de costumbre, hemos probado todo tipo de apps y servicios (más y menos exigentes) y no hemos visto nada que haga titubear al último buque insignia de la marca. Las aperturas y cargas se suceden sin problema, así como la ejecución de la multitarea, y los juegos y apps con mayor exigencia gráfica no son un bache para este móvil.
Eso sí, el software sigue sin estar lo optimizado que nos gustaría y aunque no hay un lag que denote una insuficiencia en el hardware, éste no brilla todo lo que podría a nivel de fluidez. Lo dicho, algo para lo que hay que ser quizás más sensible para notarlo, pero en todo caso los componentes están a la altura.
Sí que podremos notar calentamiento de manera relativamente fácil, especialmente en la mitad inferior de la parte trasera y el borde superior. Al menos en verano y en regiones cálidas al Note 20 Ultra le cuesta poco estar en consonancia con el ambiente y manifestar cierto aumento de temperatura, sobre todo jugando o con la grabación de vídeo y fotografía. En ocasiones ocurre simplemente al reproducir música, sin que tampoco se esté en un ambiente demasiado caluroso.
Para quienes los toméis como referencia, os dejamos los benchmarks del Samsung Galaxy Note 20 Ultra junto con los de otros rivales de configuración equivalente o parecida.
Samsung Galaxy Note 20 Ultra | Sony Xperia 1 II |
Black Shark 3 Pro |
NUBIA RED MAGIC 5G |
ONEPLUS 8 PRO |
HUAWEI P40 PRO |
SAMSUNG GALAXY S20 ULTRA |
XIAOMI MI 10 Pro |
IPHONE 11 PRO |
||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Exynos 990 |
Snapdragon 865 |
Snapdragon 865 |
Snapdragon 865 |
Snapdragon 865 |
Kirin 990 |
Exynos 990 |
Snapdragon 865 |
Apple A13 Bionic |
|
RAM |
12 GB |
8 GB |
8 GB |
8 GB |
12 GB |
8 GB |
12 GB |
8 GB |
4 GB |
|
GEEKBENCH 5 (SINGLE/MULTI) |
872 / 2.463 |
905 / 3.330 |
906 / 3.316 |
925 / 3.214 |
885 / 3.136 |
943 / 2.527 |
819 / 2.315 |
892 / 3.224 |
1.331 / 3.333 |
|
3D MARK (SLING SHOT) |
6.311 |
8.885 |
7.330 |
9.448 |
8.726 |
4.074 |
8.184 |
– |
– |
|
PCMARK WORK |
10.012 |
9.994 |
9.878 |
9.878 |
13.414 |
9.476 |
10.426 |
8.948 |
9.929 |
– |
Software: One UI aún no fluye como debería, pero le sienta como un guante al Note
El Samsung Galaxy Note 20 Ultra nos llega con una nueva versión del software propio de la casa: One UI 2.5. Capa de personalización que se añade a Android 10 y que mantiene muchos puntos en común con lo que vimos en los Galaxy S20, aunque con algunas incorporaciones.
En la pre-carga del sistema podemos elegir si instalar o no ciertas apps de Samsung y de terceros, de modo que si no nos interesan y desmarcamos queda un inicio bastante descargado. Además, hay alguna notificación menos cuando se inicia el sistema del todo y se deja atrás ese bombardeo que aún vimos en el S20 Ultra, lo cual se agradece bastante.
De ahí que podamos empezar con un escritorio o cajón de apps bastante despejado, con poco más que las apps de Google y las herramientas básicas. Eso sí, aunque podremos desinstalar las de terceros (Facebook y Netflix) y algunas de Google, otras como OneDrive podrán sólo desactivarse. Y a esto se sigue sumando las actualizaciones automáticas que pueden volver a instalarte alguna app eliminada o no instalada, como Facebook o la de transcripción.
Ya hemos hablado de los ajustes de pantalla, con los cuales podremos personalizar algo más el aspecto de la pantalla de inicio así como activar el modo oscuro. Hablando de los ajustes generales se mantienen los apartados habituales, los cuales son bastante deductivos y apenas se hace uso del buscador (que también funciona bien).
En este menú encontramos también ajustes para sonido que veremos más tarde, así como las herramientas de mantenimiento y el control parental. En el apartado de funciones avanzadas se añaden como en Note anteriores las herramientas del S Pen, que veremos en detalle en el siguiente apartado.
También es donde podremos activar y configurar las Rutinas de Bixby. Es una de las partes más interesantes del asistente virtual de Samsung, sobre todo si no solemos recurrir a la llamada por voz. En esta ocasión además hay muchas más rutinas propuestas de serie atendiendo a muchos entornos (en el coche, en el trabajo, cargando el móvil, etc.) que aunque no nos encajen para nuestros patrones de uso nos pueden dar ideas para configurar de cero otras.
En Funciones avanzadas podremos también cambiar la configuración del botón de encendido, que por defecto tiene la activación de Bixby para una pulsación prolongada y no para apagar el teléfono. Aunque lo que puede cambiar algo más nuestra interacción es el apartado de Movimientos y gestos, donde podemos activar el Smart Stay (que la pantalla se mantenga encendida al mirarla), el doble toque para despertar o levantar para activar pantalla entre otras opciones.
Hablando de interacción, Samsung parece haber dado importancia al feedback por vibración y las ha añadido por defecto a la cámara o la inserción del S Pen a las que ya suele haber. Podemos desactivarlas en todo caso, ya que hay casos como la del teclado o la de cada vez que se minimiza una app que al final llegan a cansar.
Se conservan también las herramientas de control parental, bienestar digital y Game Booster. Esto último no se nota tanto en el aprovechamiento de recursos de hardware, pero supone un acceso rápido a configuraciones y funciones interesantes durante la partida para no salirnos mucho del juego.
En general se trata de una capa bastante completa que añade herramientas interesantes y que ayuda a dar sentido a este móvil, sobre todo en estas dos herramientas que ahora detallaremos. Sí es cierto que sigue siendo pesada y exigente y que es menos fluida que otros software (se ve bien en las transiciones, sobre todo entre modos horizontal y vertical), además de que en la versión 2.5 hemos tenido algunos fallos al intentar actualizar Chrome y WebVie que no ocurren en la 2.1 y no se lleva bien del todo con la app de Netflix en reposo, pero no hay cierres inesperados, bloqueos ni reinicios.
Samsung Dex en los Note 20
Desde que esta herramienta de conexión del móvil al PC no requiere dock su uso es bastante más cómodo y accesible. El software funciona tanto con Windows como con Mac, aunque habrá más opciones en el caso del primero, y nosotros lo hemos probado en este segundo.
Lo mejor es tener ya la app (disponible en la web de DeX) instalada, teniendo en cuenta que es incompatible con el software de Android para la transferencia de archivos por USB (y tendremos que desinstalarlo). La opción de “transferencia de archivos” es necesaria para la ejecución de DeX, pero es la que se activa por defecto en el terminal.
La app parte de un escritorio en el que aparecen algunos accesos directos, de modo que podemos abrir directamente esas apps o buscar la que nos interese en el menú de la esquina inferior izquierda. Podemos abrir varias ventanas, de modo que hay una multitarea real y más cómoda que en el móvil al tener más espacio.
Algunas apps se pueden dimensionar para que ocupen toda la pantalla (Instagram sigue siendo la excepción en 2020, también para su uso en pantalla dividida en el móvil). Las apps se ejecutan con normalidad e incluso podremos abrir juegos, aunque hay limitaciones en la interacción con relación a los periféricos (no pudimos escribir en Word ni jugar bien al ‘Call of Duty’).
Notamos que hay algo de lag y que no se tiene la misma fluidez que en el móvil o que con cualquier otra app nativa del ordenador, pero no ha habido ningún error ni problema. Hay también aspectos que podrían ser más sencillos, como la configuración de la salida del audio (que por defecto pasa del móvil al ordenador) y falta solventar esos vacíos en** la compatibilidad con los periféricos**.
El S Pen de 2020
La gama Note tiene cada vez menos rasgos propios en cuanto a diseño pero mantiene ciertas señas de identidad, como buen ejemplo es el S Pen. El puntero específico de los Note introduce alguna mejora con cada iteración, y en este caso se sigue la estela del año pasado con los gestos aéreos.
Se mantiene el menú propio de utilidades para el S Pen, que se abre automáticamente al sacar el puntero. Como en los Note 10, si estamos ejecutando una app compatible con los gestos aéreos (por ejemplo, de reproducción de música) nos incluirá una pequeña guía de uso.
El puntero de Samsung tiene cada vez más ajustes al ir adquiriendo funciones y conviene echar un vistazo antes para hacer el tutorial de los gestos aéreos, de modo que podamos asignarlos a lo que nos convenga. Veremos que van a ser útiles sobre todo para el control remoto de la reproducción multimedia o para la cámara.
Hay cinco gestos aéreos básicos (un zigzag único en las cuatro direcciones y un zigzag prolongado) que podremos asignar a acciones de navegación o a la apertura de apps y loops que se añaden como posibilidad en casos como la app de cámara. En general van muy bien y se tarda poco en coger práctica, y en nuestro caso a lo que más nos hemos acostumbrado es a usarlos con la reproducción multimedia.
Se hacen con el botón pulsado para evitar acciones accidentales, lo cual es cómodo por la buena ubicación del botón. Y algo bastante chulo es que funcionan incluso a unos metros del móvil y sin apuntar hacia el mismo. En la pantalla del Note veremos que los gestos son efectivos además con el botón flotante del S Pen, que indica la dirección del gesto que hayamos hecho.
Hablando de la experiencia del S Pen sobre la pantalla, no hay una latencia exagerada entre el trazado y su registro en el panel y destaca la sensibilidad a la presión que tiene (y que notaremos más trazando o pintando). A destacar además el reconocimiento de la escritura a mano alzada del teclado de Samsung, que aunque tiene un lag evidente reconoce incluso palabras con mala caligrafía.
Eso sí, escribir con el S Pen no es lo más cómodo al no poder apoyar la mano como al hacerlo sobre papel, pero para notas cortas, colorear o el entretenimiento con la realidad aumentada no cansa. Además, la batería del puntero es muy duradera (según nuestras pruebas, antes se acababa la del móvil que la del S Pen) y si se nos olvida volverlo a meter nos avisa para que lo hagamos.
El punto más fuerte del S Pen en los Note 20 es que está muy bien respaldado por el software y ofrece muchas posibilidades. La app de Notas es un ejemplo de ello, que además forma parte de esa integración con Microsoft que está por llegar, pero que da algo más de sentido a esta gama y a su enfoque en la productividad.
Biometría
Como solemos ver en la mayoría de móviles, en éste tenemos reconocimiento facial y lector de huellas, insertado en la pantalla como llevamos un tiempo viendo en muchos móviles de Samsung. En cuanto a lo primero, el proceso de registro de rostro se produce con normalidad y el sistema tiene en cuenta las gafas, pudiendo indicar si las usamos.
El reconocimiento es eficaz y rápido, sin exigir incluso que tengamos el móvil perfectamente en frente. Eso si, no funciona con la pantalla ambiente y tendremos que activarla siempre, pero al tener las opciones de levantar pantalla para activar y el despertar con doble toque más o menos se compensa.
En la completa oscuridad no logra funcionar, pero si lo hace en condiciones de iluminación baja o con el sol de cara. En general, como decimos, es cómodo y pocas veces nos hemos encontrado una lectura no efectiva.
El registro de la huella dactilar se produce con normalidad y sin que cueste demasiado añadir varias. La lectura no funciona mal del todo, aunque tampoco es un sistema demasiado rápido y eficaz y a veces sí se hace un poco de rogar sobre todo según el dedo que pongamos y la inclinación.
Al final, si tenemos el reconocimiento facial activado, será el método que más utilicemos al ser en la práctica mucho más rápido que el lector de huellas integrado en pantalla. Eso sí, el lector de huellas nos ha llegado a leer la superficie incluso cuando está un poco humedecida.
Cámaras: la versatilidad en su punto máximo
Samsung este año apuesta por su captador de 108 megapíxeles para sus buques insignia más ambiciosos y por tres aspectos que quizás sean de los más interesantes a nivel de hardware en cámaras de móvil: la doble estabilización, mejorar el zoom óptico y aumentar el tamaño del sensor. Para el mayor de los Note 20 hablamos de cuatro cámaras traseras, viendo algunas diferencias con la configuración del S20 Ultra y un sensor más que Note 20:
- Cámara principal: sensor de 108 megapíxeles (1/1,33 pulgadas, píxeles de 0,8 µm), con estabilización óptica y lente con apertura f/1.8.
- Gran angular: 12 megapíxeles (1/2,55 pulgadas, píxeles de 1,4 µm) y lente con apertura f/2.2.
- Telefoto: 12 megapíxeles (1/3,6 pulgadas, píxeles de 1 µm) con OIS y lente con apertura f/3.0.
- Sensor profundidad: láser AF.
- Cámara frontal: sensor de 10 megapíxeles (1/3,24 pulgadas, píxeles de 1,22 µm) y autofocus con lente con apertura f/2.2.
El fabricante parece haberse centrado en mejorar el modo noche y el zoom, aunque en esta caso queda en 50x y no en 100x como el S20 Ultra. El vídeo 8K se mantiene con el aliciente de que se ha mejorado el modo Pro, lo cual ahora veremos al hablar de la app, y también sigue la opción de grabar hasta en 4K con la cámara frontal.
App de cámara
La app de cámara de Samsung va evolucionando gradualmente manteniendo sus líneas estéticas, siendo una de las pocas que nos deja hacer algo que nos encanta: colocar las pestañas para cada uno de los modos en el orden que deseamos (y no añadir las que no necesitemos). A los habituales se añaden el modo de vídeo dinámico y el de comida, el primero de ellos bastante útil y resultón como veremos en el análisis de las cámaras.
Eso sí, lo que nos da por un lado nos lo quita por el otro porque como vimos en los anteriores Galaxy de este año el control del HDR no es sólo algo incómodo, sino que es mucho menos manual. Las opciones ahora son configurarlo para que se active o no automáticamente o bien desactivarlo de manera permanente.
En la interfaz de fotografía automática vemos el mismo control para el zoom y el gran angular que hasta ahora, permitiendo saltar directamente a 0,5x y 5x, a otros aumentos predeterminados o bien ir gradualmente. En la otra parte encontramos la opción de añadir filtros, foto animada, el ratio, el temporizador, el flash y los ajustes.
En los ajustes veremos bastantes opciones, algunas de ellas para dejar ajustes en automático como la que hemos comentado del HDR, el selfie panorámico inteligente o el autofocus con seguimiento. Interesante para quienes quieran ir más allá las opciones de guardado, tanto para fotografía como para vídeo, incluyendo RAW, HEIF y el vídeo HDR10+.
Los ajustes para el vídeo del modo profesional permiten seleccionar la calidad y formato de grabación, pudiendo elegir entre 8K en 16:9 ó 21:9 y una de las novedades: la grabación a 120 fps en resolución FullHD. Aunque es un menú que se agradecería entero en la interfaz principal, y no sólo una selección de opciones.
Esta interfaz permite seleccionar la dirección de captura de los micrófonos (frontal, trasera, inalámbrica, por USB, omnidireccional) así como ajustar parámetros habituales como la ISO, la apertura o la velocidad de obturación. También podremos activar el histograma.
Los modos de enfoque y vídeo dinámico permiten ajustar el grado de desenfoque y el patrón del mismo, y en el caso del primero podremos disparar con la lente gran angular. Eso sí, hay que tener en cuenta que para la fotografía viene activado el suavizado de piel por defecto tanto en el retrato de la trasera como en la frontal, lo cual podría venir desactivado y si acaso mostrar un aviso en el primer uso de que existe ese ajuste.
El modo noche mantiene la indicación de la velocidad de obturación como vimos en los S20, pero es un ajuste automático y no podemos elegirlo manualmente. Está activo en las tres lentes y puede disparar hasta a 20 segundos.
En general como vemos es una app muy completa que permite extraer todo el jugo y más a las lentes que incorpora el móvil. Hay algunas opciones que podrían dejarse más a elección del usuario y sigue habiendo algo del lag cuando lidiamos con los ajustes (por ejemplo, para el HDR o para cambiar la calidad en el vídeo), pero por lo demás es estable e intuitiva.
Cámara trasera
Cada maestrillo tiene su librillo y cada fabricante su procesado. La parte de hardware siempre predispondrá de algún modo los resultados (sobre todo en los RAW), pero al final vemos ciertas tendencias en el acabado final de las fotografías y las de Samsung, tradicionalmente, se definen con una sola palabra: saturación.
El OLED va a hacer que visualizarlas en la pantalla del móvil sea un festival de viveza de los verdes y los rojos, pero al verlas en un ordenador y otra calibración veremos que a veces esta saturación no ayuda. La viveza supera la realidad, normalmente sin desvirtuar el resultado en la mayoría de casos, aunque esto penaliza ciertas fotografías.
Esto deja resultados exagerados y poco favorecedores cuando el entorno ya da unos colores fuertes (un cielo azul cyan sobre un campo verde, una flor fucsia sobre otro color intenso, etc.), pero da un toque que puede resultar atractivo en otras, como las macro en exteriores. Lo que sí vemos es un buen rango dinámico, de hecho como nos pasó con los S20 no detectamos diferencia entre las fotos en las que se aplica el HDR y en las que no.
Hablando de las macro, algo interesante y a recalcar (con carraspeo a la industria) es que la cámara del Samsung Galaxy Note 20 Ultra demuestra que para dar buenas macros no hace falta una lente macro. El autofocus trabaja de manera fenomenal en estos disparos y de hecho compensa más el modo automático al manual (apurando enfoque) para este tipo de fotografías. Ya había precedentes de que a las cámaras de Samsung les favorece este disparo y el Note 20 Ultra es la consagración.
Atendiendo a las aplicaciones “estrella”, tenemos el disparo a 108 megapíxeles. Samsung lo ha colocado en la interfaz de disparo automático, de modo que en la selección de ratio podemos elegir los 4:3 a 108 megapíxeles, viendo que, como cabría pensar, es un disparo algo más lento.
No lo decimos como un reproche, sino como una advertencia de cara a disparar en condiciones de luz baja o de noche. Aquí no es suficiente el estabilizador para evitar que si retiramos el encuadre demasiado rápido la foto pueda salir movida, así que compensará que aguantemos sin movernos un segundo.
Las fotos evidentemente son más grandes (haciendo pixel binning tenemos imágenes de 4.000 x 3.000 píxeles y a 108 megapíxeles son de 12.000 x 9.000 píxeles). Es por tanto un disparo útil si queremos fotografías para imprimir o más grandes, aunque cierto es que se obtiene más detalle si hacemos recorte.
El modo de enfoque selectivo no discrimina entre seres humanos y otros elementos y podremos dispararlo con lo que sea. Normalmente el recorte es bastante correcto, tolerando bien incluso el pelo si no se trata de un caso muy complicado.
En el primer plano no se aprecia pérdida de nitidez y si queremos un resultado más natural lo conveniente es elegir el desenfoque estándar (sin efecto) y no exagerarlo. Tiene buen resultado incluso en interiores, y algo menos efectivo de noche.
Hilando con el disparo nocturno, el modo noche permite obtener fotos con larga exposición (hasta 20 segundos) sin trípode. No se percibe demasiada diferencia cuando hay iluminación suficiente, siendo más de utilidad para escenas muy oscuras o para compensar ligeramente en el gran angular.
Hablando del gran angular, veremos que hay una ligera diferencia de balance de blancos y saturación con respecto a la lente principal, pero quizás en menor grado de lo que vimos en los Galaxy del año pasado. Con el gran angular tenemos fotografías un poco más frías y menos saturadas, algo que en realidad no resulta negativo del todo por lo que explicábamos antes al respecto de la exacerbación por defecto de estos dos parámetros en el procesado.
Lo que más penaliza es la falta de nitidez y cierta exageración de los contornos que no parece asociada a la acción del HDR, porque se suele observar cuando los objetos fotografiados tienen más bordes y detalles. De noche es cuando los resultados son de menor calidad, pero sin sorpresas sobre lo que se espera a tenor de los vistos con buena luz.
En cuanto al teleobjetivo, siempre es una grata sorpresa que se opte por el zoom óptico y la estabilización. No vemos un desempeño que deje atrás de manera clara a otros rivales, pero con buena luz el zoom de 5x es más aceptable, con pérdida de nitidez y alguna acuarela que aparece antes de lo esperado (por la tarde con algo menos de luz y, como cabría pensar, de noche).
El zoom a 50x en la práctica es como el de 100x en el S20 Ultra: para elementos lejanos tiene un uso muy anecdótico y sin trípode es complicado acertar en lo que queremos encuadrar, aunque la interfaz ayude. Para ítems estáticos y con buena luz puede ser útil para discernir qué hay en la lejanía sorprendiendo en algunos casos, pero es bastante más útil y eficaz el zoom híbrido de 10x.
Cámara frontal
El sensor de la cámara frontal no es muy grande y veremos que de noche sufre algo más, pero con buena luz salva muy bien el resultado a nivel de nitidez. Samsung sigue dando ese toque algo menos realista con un matiz rosa y en alguna ocasión un balance de blancos demasiado cálido sobre todo en interiores.
El HDR también es automático y convendrá tenerlo activado para salvar el cielo de los fondos, sin que veamos exageración en las sombras. Hay una leve exageración de contornos, pero tampoco se distorsiona demasiado el resultado notándose algo más en el pelo que en otras superficies.
El modo de enfoque selectivo, como en la cámara trasera, permite ajustar el desenfoque y poner algún efecto. Eso sí, por defecto viene activado el ajuste de suavidad para el rostro y si no nos interesa tendremos que abrir el menú para desactivarlo.
Por lo demás, el primer plano se salva muy bien, no hay pérdida de detalle y el resultado es calcado al que veríamos sin aplicar el efecto. En cuanto al desenfoque, vemos que sigue siendo algo plano pero el recorte trabaja bien sobre todo si no forzamos demasiado el grado de bokeh.
Algo interesante es que el modo noche también se incorpora en esta cámara, y veremos que reduce bastante la cantidad de ruido. Compensa disparar con él sobre todo con luz baja, logrando una fotografía más definida (sin milagros).
Vídeo
El Samsung Galaxy Note 20 Ultra es una de las opciones más versátiles y completas hablando de vídeo con el móvil. El desempeño vamos a ver que puede mejorar, pero el abanico de resoluciones, frames por segundo, lentes y los ajustes en el modo Pro ponen el listón muy alto en cuanto a posibilidades.
Vamos a ver unos colores muy parecidos a los que teníamos en la fotografía, con sobresaturación y no demasiado realismo aunque con luz abundante tenga un toque algo más favorecedor. Las tomas 8K van a promover ese sobrecalentamiento del que hablábamos en el rendimiento, pero nos van a dar una nitidez superior.
De día todas las resoluciones tienen un buen rendimiento, aunque veremos que el gran angular sufre bastante más en cuanto al detalle. Por la tarde la calidad decae bastante en las tres cámaras, sobre todo en el gran angular y en el zoom.
La superesabilización da buen resultado de día, pero es demasiado exigente si la luz escasea y nos dejará tomas prácticamente inservibles de noche o por la tarde. Además, la estabilización óptica de serie no es perfecta, pero actúa muy bien sobre todo a 1080p.
Algo que sigue ocurriendo (con respecto a los S20) es que la superestabilización activa por defecto el gran angular. Algo poco práctico que no llegamos a entender, cuando lo suyo sería que lo iniciase en la estándar sobre todo si ya estamos con esa lente activa.
Algo que no deja de sorprender es el enfoque selectivo. La aplicación de desenfoque a tiempo real sólo en el fondo es eficaz, no demasiado natural sobre todo con planos alejados, pero detecta muy bien a las personas (no actúa con otra cosa) y sobre todo es más que aceptable en la cámara frontal. Eso sí, siempre con luz media o abundante, de noche apenas se nota.
El vídeo nocturno en general puede mejorar. Echamos en falta menos ruido y algo más de detalle, siendo la resolución 4K la más conveniente (por nitidez y por no ser tan exigente como la 8K, la cual se nota menos en este caso).
En la cámara frontal da muy buen resultado tanto en 4K como 1080p de día, incluso cuando la luz empieza a escasear. Pero de noche el resultado es bastante pobre, con mucho ruido, grano y poco detalle.
Sonido: un buen hardware ayudado de un buen software
El sonido estéreo que ofrecen los altavoces de este Galaxy Note 20 Ultra se proyecta gracias al altavoz principal e inferior y a una sutilísima hendidura entre el marco metálico y la pantalla que deja salir las ondas sonoras de un segundo altavoz. Es quizás la integración más discreta que hayamos visto de un auricular en un móvil.
Eso sí, la ubicación del altavoz inferior ha cambiado en espejo como la del S Pen y en este lado es bastante más habitual que lo tapemos con un dedo si para el agarre en vertical nos apoyamos en el dedo meñique. No hay problema en horizontal, eso sí.
Hablando del desempeño de estos altavoces, el sonido es de calidad y aunque se echa en falta algo más de nitidez el estéreo da buen resultado y está bien compensado. Hemos registrado un pico de 107 decibelios a volumen máximo a la salida del altavoz (unos 81 ambientales), que no está nada mal en cuanto a potencia pero se da la distorsión habitual que suele haber con volúmenes muy altos. Mejor siempre dejarlo en torno al 80%, que además es más que suficiente si tenemos el móvil como centro multimedia.
En este caso podremos ajustar el ecualizador y activar el Dolby Atmos, obteniendo con ello algo más de eco para que sea más envolvente. Da un sonido algo más cálido y menos “metálico”, por así decirlo, y puede ser algo que prefiramos o no a nivel personal.
A favor del Note hay que decir que la construcción favorece la salida del sonido y que no notamos el temblor que sí percibimos en el S20 Ultra. En realidad no debería haber mucha diferencia, pero nos ha gustado más el audio por altavoces de este Note que el de su antecesor.
Los auriculares AKG USB tipo C que se incluyen con el móvil son de tipo in-ear y en nuestro caso se nos han acoplado bastante bien. Tienen además un cable trenzado que normalmente es más resistente, así que se compensa bastante bien el que no haya minijack de audio en el caso de que no dispongamos de auriculares compatibles.
En cuanto a la calidad del sonido, sin hacer ningún ajuste está bastante bien aunque podemos mejorarla activando el Optimizador UHQ además del Dolby Atmos, que como hemos visto también estaba disponible para los altavoces. Con ello el sonido tiene un punto más de rango dinámico y logra incluso ser algo más envolvente, aunque lo que realmente se nota bastante es el Adapt Sound (configurando un perfil de audio personalizado).
Autonomía: lo que falta por un lado se compensa por otro
El Galaxy Note 20 Ultra alberga en su chasis una batería de 4.500 mAh, algo más que el Note 10+ y el Note 20 base y menos capacidad que vimos en el S20 Ultra. Esto añadía interés a la hora de ver si la autonomía del Note 20 Ultra estaría a la altura, por un lado con menos batería y por otro con el control automático de la tasa de refresco.
Alternando jornadas con los modos claro y oscuro, las resoluciones FullHD+ y WQHD+ y los 60 Hz y el rango de frecuencias entre 10 y 120 Hz, el resultado es de unas 22 horas de autonomía media y 6 horas y media de pantalla. Algo por encima de lo que vimos con el S20 Ultra, lo cual nos dice que esa diferencia de 500 mAh logra compensarse para bien quizás con la frecuencia adaptable.
Hay algo que tiene un reflejo positivo y uno negativo con respecto a la autonomía: no hemos visto una diferencia notable entre configurarlo a 60 Hz o a frecuencia adaptable, dependiendo más del tipo de uso. Con esto parece que la frecuencia adaptable trabaje lo suficientemente bien como para que no haya un consumo exagerado con respecto a los 60 Hz, pero por otro lado las cifras de autonomía no son brillantes para un móvil grande y de gama alta.
El test de autonomía de hecho nos da un valor casi parejo con el del S20 Ultra a frecuencia adaptable, probablemente porque al tratarse de vídeos en parte se hayan activado con relativa frecuencia los 120 Hz durante el test, notando una diferencia de unas cuatro horas con el resultado a 60 Hz y FullHD+ fijas. Eso sí, hay que tener en cuenta que el móvil se calienta con facilidad y que quizás se degrade antes esta batería a la larga.
Hablando de la carga, con el cargador de 25W que viene con el móvil se logra tener el 100% de la batería en una hora y 10 minutos. Nada mal para esta pila y en general ni por la autonomía ni por el tiempo de carga el móvil nos suele dejar colgados a nivel de batería ni nos hace depender de enchufes o baterías externas aunque sea un día de uso intensivo.
Samsung Galaxy Note 20 Ultra, la opinión de Xataka
La gama Note tuvo sus años de gloria anteriormente, cuando suponía más diferencia con los Galaxy S y previamente a las desventuras con el Galaxy Note 7, pero siempre nos hemos encontrado un buen móvil al analizar cada modelo y el Note 20 Ultra es prueba de ello.
Se trata de un smartphone con una configuración interesante y a la altura de este año y de parte de la competencia, con añadidos que buscan seducir algo más al público gamer pero que tras este análisis creemos que sigue siendo un móvil para quien busque ir algo más allá con la productividad. Las claves: las integraciones con Microsoft, la interacción con el ordenador y smart TV y un S Pen cada vez más completo y de autonomía imposible.
La estética aún logra marcar cierta diferencia y mantener las sutiles señas de identidad de la gama, siendo a la vez sofisticado y llamativo. El módulo de cámaras es grande, pero es algo que estamos viendo en los smartphones más ambiciosos en fotografía (no queda otra) y se compensa en cierto modo con un frontal que impresiona a nivel de aprovechamiento y con ese auricular casi invisible, si bien las curvas son como las películas de Christopher Nolan; o las odias o te encantan.
La autonomía, el “sacrificar” resolución por refresco y un software que pese a ser completo no va lo fluido que debería ir una capa especialmente en un móvil con 12 GB de RAM son los aspectos que creemos que esta gama debería mejorar de cara al futuro. La fotografía también tiene algo de margen si atendemos a la categoría del móvil, pero lo que vemos es que se están dejando atrás funciones menos prácticas y quizás más marketinianas y se está atendiendo a otros aspectos más útiles (de cajón), como el tamaño de sensor o la estabilización.
El Samsung Galaxy Note 20 Ultra es un móvil completo y competente y su S Pen sigue siendo un muy buen escudero. Y parece que tenga las características necesarias para seguir conquistando a sus fans, así como para ser un buen rival ante otros buques insignia.
9.1
A favor
- El S Pen sigue siendo un complemento muy útil que da sentido a este modelo. Los nuevos gestos aéreos van muy bien y la autonomía es infinita.
- El aprovechamiento del frontal impresiona y la trasera mate mejora respecto a acabados previos.
- La pantalla está a la altura a nivel de características, aunque haya que elegir entre la tasa de refresco y la resolución más altas.
En contra
- La autonomía no es la mejor para el tamaño del móvil, aunque la frecuencia adaptable parece ser un punto a favor.
- Echamos en falta un procesador menos agresivo y más natural en las fotografías y el vídeo, pese a tener muchas opciones, tiene mucho margen de mejora.
- One UI es una capa de software cada vez más completa, pero sigue siendo “pesada” con respecto a otra.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Samsung Galaxy Note20 Ultra 5G Smartphone Android Libre de 6.9″ 256GB Mystic Black [Versión española]
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La noticia
Samsung Galaxy Note 20 Ultra, análisis: un candidato a mejor móvil del año con el S Pen como broche de oro
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Anna Martí
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