Lodi: “Al principio Simeone me asustó porque gritaba mucho; ahora sé que lo hace por mi bien”
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Entrevista
Lodi: “Al principio Simeone me asustó porque gritaba mucho; ahora sé que lo hace por mi bien”
En su primer curso, el brasileño ha sido el defensa con más minutos, ha logrado disimular la salida de Filipe Luis y ha superado la morriña de dejar atrás Brasil: «Cambió toda mi vida», asegura a EL MUNDO
«Ya estoy a tope y encima voy aprendiendo bien el español», celebra al otro lado del teléfono Renan Lodi (Serrana, Brasil, 1998), tras completar la entrevista. Empezó a jugar al fútbol en la calle pensando que sería un delantero como Ronaldo El Fenómeno, su ídolo cuando era un crío, y desde hace poco más de un año es el dueño de la banda izquierda del Atlético. «¡Uf! Un año ya», suspira, repasando cada capítulo de esta extraña temporada. El coronavirus le llegó a dar un buen susto durante el parón y la saudade enrevesó sus primeros días en Madrid. Con Filipe Luis habló «tres o cuatro veces» al llegar. Entre brasileños andan los secretos del carril zurdo rojiblanco. Un veloz puñal de apellido Lodi que ya contuvo al Liverpool y hoy quiere repetir ante el Leipzig.
- ¿Ha cambiado mucho su vida en un año?
- Bastante, la verdad, Cuando llegué al Atlético me sorprendieron muchas cosas, mi vida cambió totalmente. Dar el salto de Brasil a Europa no es sencillo. Y eso que mis compañeros me acogieron genial. Desde que llegué estoy muy ilusionado para desplegar mi fútbol. Casi sin enterarme llevo un año.
- ¿Recuerda el día en el que le dicen que el Atlético le iba a fichar?
- Sí, sí, sí. Estaba en mi habitación durante una concentración con el Atlético Paranaense. Tenía una semifinal de la Copa Sudamericana contra el Fluminense (8 de noviembre de 2018) y mi agente me llamó y me dijo que Berta (director deportivo del Atlético) había venido a Brasil para verme. «Juega como lo haces normalmente», me dijo. Pero, claro, me puse muy nervioso. Había venido desde Madrid sólo por mí. Así que me dije: «Tengo que jugar muy bien». Y en ese partido di una asistencia y marqué un gol.
- ¿Llegó a hablar con Simeone?
- Simeone me mandó un mensaje al móvil, pero después de que ya hubiera hablado con Berta. Me deseó buena suerte y me dijo que me estaban esperando en Madrid para empezar a entrenar.
- Le costó acostumbrarse a esa fuerza que transmite el míster.
- En los primeros entrenamientos me asustó bastante porque gritaba mucho. En Brasil mis entrenadores eran más tranquilos. Fueron pasando los meses y le fui conociendo. Ahora ya estoy tranquilo, sé que cuando me grita lo hace por mi bien.
- Llegó a admitir que al principio se planteó regresar a Brasil. ¿Fueron complicados sus primeros días?
- Cuando llegué a Madrid cambió toda mi vida. Yo entré en la cantera del Paranaense a los siete años. Llevaba toda la vida allí y conocía a toda la gente. Dejé amigos, familiares. Cuando dije en una entrevista que quería volver, no estaba bien mentalmente. Estaba solo yo, con mis agentes y mi novia. Al volver de San Rafael encontré una casa y me dio mucha fuerza porque estaba realmente mal. No conseguía entrenar como quería ni mostrar mi mejor fútbol. Pero encontré mi fuerza y ahora ya estoy mucho más tranquilo. Giménez, Saúl, Diego Costa y Felipe han hablado mucho conmigo.
- Fue usted el primer positivo del Atlético por Covid-19. ¿Cómo fue su experiencia con el virus?
- Un día estaba en casa entrenando durante el confinamiento y noté que me faltaba el aire. Le mandé un mensaje a Óscar [Celada], el doctor del club. Estaba muy asustado. Te quedas sin aire y es una sensación muy angustiosa. A partir de ahí empecé con dolores de espalda, en la cabeza y me quedé sin sentido del gusto durante unos días. Estaba bastante mal. Los compañeros volvieron a entrenar y yo quería hacerlo con ellos. Tuve que esperar, pero me dieron mucha fuerza mientras yo me recuperaba del todo.
- Sus abuelos han sido como sus padres. ¿Cómo están ellos en Brasil?
- Antes la situación allí era muy complicada, ahora parecen algo más tranquilos. Ellos se quedan en casa y tienen mucho cuidado. Tienen una edad avanzada y es muy peligroso.
- ¿Le resulta duro mirar atrás para recordar su infancia?
- Han pasado muchos años. Cuando mi madre me abandonó yo tenía sólo unos meses. Ella se marchó y yo me quedé con mis abuelos. Mi padre tampoco fue un buen apoyo. Nunca tuvo las palabras necesarias para mí. Pero luego se vino a vivir con nosotros a la casa de Sao Paulo y tuve que tratarle como a mis abuelos. Me fui acostumbrando y la relación mejoró, pero no fue sencillo.