4 técnicas de respiración para combatir el estrés
¿Horas largas en el trabajo? ¿Durmiendo mal últimamente? El ritmo acelerado de nuestras vidas modernas nos tiene a muchos sufriendo estrés y ansiedad sin siempre saber cómo manejarlo. Pero no hacen falta días en el spa, masajes o una vuelta por el Retiro para desahogarse. Aprende estas 4 simples técnicas de respiración para relajarte en donde estés.
La práctica de controlar la respiración para calmar la mente y relajar el cuerpo no es algo nuevo. Los yogis y monjes llevan practicándolo centenares de años, y cada día los psicólogos lo usan más en sus consultas. Ayuda a disminuir la presión arterial, promueve un estado de calma y lucidez, y a muchos les reduce el estrés en menos de 10 minutos. Además, ¿no hay nada más fácil que respirar?, has de pensar. No tan rápido, estas técnicas requieren práctica y disciplina, pero si perseveras, podrás controlar esos momentos de estrés y hasta combatir ataques de ansiedad.
Respiración cuadrada
La más simple de todas. Escoge una postura en la que te sientas a gusto (puede ser sentada en la oficina, en el sofá en casa, y hasta acostada en tu cama). Inhala, contando hasta cuatro, y exhala, contando hasta cuatro. Siempre por la nariz. La respiración cuadrada aumenta la concentración, relaja el sistema nervioso y reduce el estrés. Además es particularmente útil a la hora de dormir. Conforme vayas avanzando, intenta inhala y exhalar contando hasta seis, ocho o 10.
Respiración abdominal
El objetivo aquí es inflar el diafragma, no el pecho. Con una mano sobre el pecho y la otra sobre el vientre, realizamos una respiración profunda por la nariz, sintiendo nuestro vientre crecer y nuestros pulmones estirarse. Hacer seis a 10 respiraciones lentas y profundas durante 10 minutos todos los días.
Relajación muscular progresiva
Se usa para reducir la tensión en el cuerpo entero. Manteniendo respiraciones profundas y lentas, empezamos inhalando por la nariz contando hasta cinco mientras tensamos nuestros pies, y exhalamos por la boca contando hasta cinco relajándolos. Repetimos para cada grupo muscular: rodillas, muslos, glúteos, pecho, brazos, manos y dedos, cuello y mandíbula y ojos.
Respiración alterna
En posición relajante, ponemos nuestro pulgar derecho sobre la fosa nasal derecha y nuestro índice sobre la fosa nasa izquierda. Inhalamos por la fosa izquierda presionando con nuestro pulgar, y soltamos y exhalamos por la fosa derecha presionando con el índice. Es la única técnica que no se recomienda antes de dormir, ya que se considera que balancea el cuerpo y levanta la mente.